Ríos de tinta se han escrito sobre esta temporada. Muy pocos son los aficionados que no conocen la tremenda desgracia que aconteció entonces: el Cádiz tenía todo para subir a Primera, y agarrar el tren de los grandes. Recibía en casa al Real Murcia y punto le bastaba para estar en el olimpo de nuestro fútbol. En una tarde aciaga, los granas se llevaron la victoria de Mirandilla y dejaron absolutamente helado a toda una ciudad que tendría que esperar, nada menos que 27 años, para ver a su equipo en Primera. Fue la temporada del maldito grupo V.

Aunque lo cierto es que nada hacía pensar, al comienzo de la temporada, que los gualdas iban a llegar tan lejos. En julio la entidad no tiene directiva, ni entrenador, ni jugadores. Por no tener, no tiene ni socios. Se celebró una asamblea general a la que sólo acudieron 18 personas. Y es que la población gaditana, como el resto del país, no estaba para mucho fútbol cuando hacía tres meses que había concluido una guerra civil incomprensible y devastadora.

Pero el mítico presidente cadista, López Gazzo, no se iba a quedar de brazos cruzados. Forma directiva de sólo cuatro personas, haciéndose acompañar de Juan Oliveros, Jose Montesinos y Antonio Martín de Mora.

El siguiente paso que da es nombrar como entrenador al también jugador Santiago Núñez, decisión que esa temporada, y los muchos éxitos que conseguiría el levantino posteriormente como técnico, una vez retirado, demostraron muy acertada. Y por último, se forma la plantilla, que habría nada más que de 18 jugadores: Bueno, García, Núñez, Ordóñez, Soto, Huesche, Bohórquez, Adorna, Mateo, Norte, Sánchez, Ruiz, Fermín, Roldán, Díaz, Cordero, Liz y Santín. A ellos se sumaría Espinosa de los Monteros en la fase de ascenso. Sólo cuatro repetían respecto a temporadas anteriores (normal, pues no hubo competiciones oficiales). Y de esos 18, muchos apenas jugaron 2-3 partidos. Entre doce futbolistas, se sostuvo todo el año un gran nivel de juego.

Desde el primer partido, los hombres de Núñez imponen un ritmo endiablado. En la primera vueltan sumaron 13 puntos de 14 posibles, si bien el empate registrado en Mirandilla frente al Recreativo Granada (jornada 5), tendría su miga, como veremos posteriormente. En cuatro de esas siete jornadas, los gaditanos marcan cuatro goles a su rival. Terminada la primera vuelta tenemos al equipo en cabeza, si bien los granadinos, que habrían de ser la pesadilla durante toda la liga regular, siguen de cerca, a dos puntos.

La segunda vuelta comienza con otros cuatro goles endosados al Ceuta (y una inesperada derrota del Granada en casa frente al Onuba), pero una semana después se produce uno de los momentos más delicados de la campaña, al caer el Cádiz por 5-3 en Málaga. El Recreativo Granada recorta su desventaja otra vez a dos puntos, y algunos en Cádiz se atreven incluso a criticar a Núñez y a pedir que venga un entrenador propiamente dicho.

Los ánimos se relajan momentáneamente tras ganar en casa al Xerez, pero todas las alarmas vuelven a saltar cuando los cadistas se vuelven de vacío del feudo del inmediato perseguidor, el Recreativo de Granada. Los dos conjuntos empatan a 19 puntos en lo alto de la tabla.

Una semana después el Cádiz viaja a Tánger, y cumple frente a un rival muy débil. La alegría llega desde Córdoba, donde los granadinos no pasan del empate. Los gualdas toman ventaja y dependen de sí mismos en la última jornada, en la que deben visitar al Onuba. En el partido decisivo, y pese a empezar perdiendo, no les tiemblan las piernas a los visitantes, que terminan pasando como un rodillo sobre su rival, asegurando el paso a la fase de ascenso.

En la misma, se encuentra con los campeones de los otros cuatro grupos, a saber: Deportivo de la Coruña, Real Sociedad (entonces llamado Donostia), Gimnástico Levante y Real Murcia. Sólo con leer esos nombres ya se le ponen a uno los dientes largos de lo que podría haber sido subir a Primera en aquellos tiempos.

Al ser una liguilla de cinco equipos, cada jornada debe descansar uno, siendo el Cádiz el primero en hacerlo. En la segunda jornada, los de Núñez obtienen un meritorio empate en Riazor, para dar luego la sorpresa al imponerse en Atocha frente a la Real Sociedad.

Llega el primer partido de la liguilla en casa, que no puede comenzar peor. Nos visita el Levante, que al descanso se impone por nada menos que 0-3, y todo parece perdido. Sin embargo, el Cádiz saca su orgullo en la segunda parte, y consigue, al menos, salvar un punto, que evita que el conjunto blaugrana, que marcha líder, abra más brecha. Los gualdas se mantienen a un punto de éstos y del Deportivo, que han jugado un partido más.

En la jornada siguiente, el Real Murcia nos avisaría con la primera de sus estocadas. A pesar de estar colistas, los granas doblegan con autoridad a los nuestros, por un contundente 4-2. La victoria revitaliza a los murcianos, que a partir de aquí, habrían de comenzar su remontada hasta, lamentablemente, el primer puesto. Tras la primera vuelta, Levante y Deportivo tienen cinco puntos, cuatro tienen Cádiz y Real Sociedad y tres el Real Murcia. Las espadas en todo lo alto y nadie descartado y aventajado.

Tras el descanso de la primera jornada, toca recibir al Deportivo, que es líder con siete puntos. Una derrota nos deja prácticamente eliminados de la lucha por el liderato, pero los locales se imponen, eso sí, remontando de nuevo en la segunda parte el tanto inicial de los gallegos. La última palabra está muy lejos de estar dicha.

El Cádiz termina de presentar su candidatura siete días después, goleando sin piedad a la Real Sociedad por 5-0. El Deportivo hace lo propio en Riazor frente al Levante, que empieza a descolgarse (desde su empate en Cádiz acumula cuatro derrotas seguidas). Los gallegos siguen al frente de la clasificación, pero el Cádiz le sigue a tan solo un punto. Con cinco quedan el resto de rivales, con el Real Murcia, todavía de tapado, como farolillo rojo.

Se modifica el calendario y habrá partido entre semana, todo se va a decidir en siete días. El jueves 2 de mayo los gaditanos rinden visita al Levante, que como hemos dicho, ha entrado en barrena y apenas tiene ya opciones ascender. Los gaditanos suman un empate, pero en Murcia los coruñeses caen derrotados en su último partido, ya que descansan en la última jornada, produciéndose un empate a nueve en la cabeza, con los murcianos ahora terceros, con siete. Levante y Real Sociedad, con cinco, quedan ya fuera de la pugna.

Así pues, todo parece dispuesto para que el Cádiz consiga la ansiada meta. Jugará en casa frente al Real Murcia. Un solo punto bastará para que toda la Tacita olvide, aunque sea por unas horas, las muchísimas desgraciadas vividas en toda España por la cruenta guerra, y disfruten con su equipo en Primera. Con el Deportivo fuera de combate, sólo el conjunto rival, al que sólo le vale la victoria, puede aguar la fiesta. Pero vaya si lo hizo.

Desde el primer minuto se aprecia ya que algo no va bien. Los jugadores, tras una temporada larguísima y en la que no ha habido rotaciones (aunque esta palabra sea de "ahora"), evidencia un claro cansancio, aumentado por el desplazamiento intersemanal a Valencia.

El Murcia, más fresco (pues descansó el domingo anterior y el partido del miércoles lo disputó en casa), aprovecha sus oportunidades, y se va al descanso con 0-1. La desgracia empieza a planear sobre un abarrotado Mirandilla, que empieza a temerse lo peor. El segundo tanto visitante, obra de Guillermo, es la sentencia. Los aficionados, jugadores, directiva, periodistas...nadie puede creerse que el sueño se le esté escapando de las manos.

Hubo quien quiso verlo con optimismo, esperando que aquella fuera la primera piedra del camino que habría de conducir a Primera, nada más lejos de la realidad. Cuatro años después, el Cádiz jugaba en Regional, y no desapareció por la divina providencia que supuso fusionarse con el Hércules Gaditano. Fue una oportunidad perdida que tardaría más de un cuarto de siglo en poder aprovecharse nuevamente.