El mediapunta llegaba al Helmántico como uno de los fichajes, junto a Marcos Márquez, más ilusionantes para la UDS. Su ficha estaba entre las más altas de la plantilla, pero en ese momento, poco importó, las expectativas puestas en él eran enormes.
Sin embargo, poco a poco los vítores se fueron convirtiendo en silbidos. El malagueño llegaba lesionado y nunca terminó de recuperarse y asentarse en el equipo. Empezaron las críticas a su rendimiento y los rumores de que su vida no era todo lo ordenada que un futbolista necesita.
A final de temporada, con el equipo charro ya en el abismo, la animadversión hacia él era ya total y se mostraba sin disimulo. En en último partido de liga, con la Unión ya descendida, el mediapunta fue uno de los más protestados, a pesar de no estar sobre el césped. Terminaba la temporada sin marcar un solo gol, y con sólo nueve veces alineado como titular.
El descenso le libera de continuar en Salamanca, equipo con el que tenía otro año de contrato