Cuatro años en los que ha habido altos y bajos. La carrera de San Emeterio en el Cádiz llegó ayer a su fin. Ya se veía venir desde principios de verano. Hoy cerramos su ficha, haciendo un repaso pormenorizado de etapa con nosotros.
Llega en el mercado invernal de la 2021-22, procedente del Real Valladolid. Empezó como un cañón nada más llegar. Pese a tener problemas de covid, el cántabro enseguida contó para Sergio (que lo conocía bien) y le dio galones en el centro del campo, para que dejara actuaciones notables.
Los problemas de rodilla, que marcarían gran parte de su trayectoria, le impidieron terminar mejor la temporada, pero sin duda que contribuyó a la permanencia. Como así lo hizo a la temporada siguiente, en la que jugó casi todos los partidos, y muchos de ellos de titular. Sergio confiaba plenamente en él, y el cántabro mostraba en el campo porqué. Daba siempre la mejor versión, acabando los partidos absolutamente agotado de tantísimo espacio que cubría. Capital para quedarnos (por última vez) en Primera.
Desgraciadamente, para la campaña 2023-24, cambiaron tanto su suerte como la de todo el equipo. Después de disputar las primeras tres jornadas (siendo expulsado en el tramo final del Cádiz-Almería), su estrella se apagaría para casi el resto de la temporada, devorado vivo por los problemas de rodilla y las lesiones.
En esta última campaña, fue fijo para Paco López, pero su tremendo error contra el Burgos (absurdo penalti de agarrón, con segunda amarilla incluida), ya con Garitano, y la irrupción brutal de Diakité, lo mandan al banco, perdiendo protagonismo y quedando para las segundas partes.
En cualquier caso, fue honrado y generoso con el esfuerzo en todos y cada uno de los partidos que jugó, y le deseamos la mayor de las suertes.
Foto: portalcadista