Al equipo le ha faltado la pasada campaña un solo punto para poder ascender a Primera, así que este año se espera que sea la confirmación de la línea ascendente cadista. Sin embargo, hubo que defender la plaza en Segunda con uñas y dientes, que estuvo en peligro en fases de la temporada.

Tras la sensacional liga realizada, la directiva renueva a Jose Luis Riera, que comienza a formar al que será su nuevo equipo. Pero como siempre, el club cadista tiene las arcas exhaustas, y no se pueden hacer grandes desembolsos. Toca apostar por jóvenes jugadores.

Este año llegan a Carranza jugadores que no dejarían un gran recuerdo, como Nito, Escobosa, Ripoll o Martínez, que no pueden triunfar, pero arriban otros de la talla de Demetrio, Hernández (que sería fichado por el Espanyol al concluir la temporada), Marcelo o Franco Samper (fichado dos años antes, pero que había permanecido hasta ahora cedido al Balón).

Aunque sin duda las dos grandes novedades de esta temporada son el defensa Victoriero, que habría de jugar posteriormente en Primera vistiendo los colores de Levante y Mallorca, y el sin par extremo Manolo Soriano, que firma su contrato con el Cádiz en octubre. Ya su llegada fue polémica, pues Adra y Córdoba reclamaban el pago de su fichaje. El genial jugador, noticia siempre dentro y fuera del campo, con declaraciones muchas veces explosivas, habría de marcar una época en la banda izquierda de Carranza.

A pesar de estas altas, el Cádiz no encuentra su sitio en liga. Por fortuna, la efectividad en Carranza es muy alta, porque lo que es lejos de la Tacita, el equipo apenas suma algunos positivos. Poco antes del fin de la primera vuelta, los amarillos ocupan puestos de promoción. El objetivo ha cambiado, y ya todo el mundo piensa en salvarse como mal menor.

La primera vuelta concluye con el único triunfo a domicilio de toda la liga: un sorprendente 1-3 en el campo de todo un Granada, que a final de liga, lamentaría mucho aquellos dos puntos perdidos. A partir de aquí el Cádiz remonta el vuelo, y aunque sin grandes alardes, consigue ir poniendo tierra de por medio con los puestos de promoción.

La salvación pasa sin duda por los partidos como local. Los de Riera ganan todos los puntos disputados en Carranza en la segunda vuelta, una racha que sería fundamental para sacar la cabeza fuera del agua. Ayudó que los equipos más fuertes de la liga (excepción hecha del Granada, que se dejó la promoción a Primera en el último partido de liga en el coliseo gaditano) ya habían viajado a nuestra capital.

Al final un décimo puesto que trajo tranquilidad a la entidad y que permitió realizar la fantástica temporada que habría de llegar un año después.