Y de repente, parecía que el universo se ponía de acuerdo para que el Cádiz comenzara una nueva era.

Tras doce años en el calvario de Tercera (incluso con una caída a categoría regional) el Cádiz retorna al fútbol profesional. Y lo hacen justo en el verano en el que:

- la ciudad va a disfrutar de un nuevo estadio, el Ramón de Carranza, que sustituye al vetusto Mirandilla

- el presidente amarillo, con la bendición del alcade gaditano, crea el Trofeo Carranza, que habría compartirse en referente de los torneos veraniegos y que traería a Cádiz a lo más granado del fútbol mundial

Como en anteriores ocasiones, el Cádiz sabe renacer de sus cenizas, y cuándo peor parece presentarse el panorama, de repente todo cambia y se salva la situación.

Eso sí, todo no iban a ser parabienes. Se había conseguido llegar, ahora había que pelear por mantenerse, reto que prometía no ser nada fácil.

Cilleruelo confía la dirección del equipo a Diego Villalonga, el mismo que había logrado el ansiado ascenso. La plantilla tiene que reformarse casi por completo, y son muchos los fichajes que se hacen. La llegada del director técnico Salvador Valencia provoca un auténtico desembarco de jugadores catalanes en el nuevo Cádiz: Tejedor y Artigas (del RCD Espanyol) y Farrés y Vicens (Manresa) se cuentan entre ellos. La otra fuente de jugadores es el Sevilla FC, gracias a las excelentes relaciones entre los presidentes de ambos clubes, Cilleruelo y Pizjuán. Ese año recalan en el club amarillo, procedentes de la entidad hispalense, Ayala I, Alcantarilla y Varela (fichados) y Ramoncito y Álvarez (en calidad de cedidos).

El capítulo de altas lo completan León, que procede de jugar en Primera con el Racing Santander, Goyo (portero que habría de triunfar con el Valencia años después), Gómez Carillo (Balona, fichado ya empezada la temporada), Mesa, Nieto y Prieto.

El estreno liguero del nuevo estadio no pudo ser todo lo afortunado que habría sido de desear, ya que los de Villalonga sucumben ante el Real Jaén. El veterano delantero Ayala I consigue el primer tanto en liga en el Carranza.

A pesar de este resultado y los dos que habrían de llegar después (que provocaron incluso que el club multara a algunos de sus jugadores por mal rendimiento), y de ser novato en la categoría, la escuadra gadtiana realiza un papel excelente en la primera vuelta del campeonato. Tras este bache inicial, todos los partidos como locales se saldarían con victoria, y también se consiguieron algunos triunfos a domicilio, en Extremadura y Valencia.

Por desgracia, la segunda vuelta fue otro cantar. Lejos de casa no se sumó un solo punto, y no faltaron deslices en casa. Tanto fue así, que el Cádiz llega a la última jornada con la permanencia sin asegurar. Los gaditanos reciben en duelo vecinal al San Fernando, y el ambiente está enrarecido en la semana previa al choque.

Sin embargo, los locales realizan un excelente partido, y golean a su rival, lo que nos libra de tener que "jugar" en otros campos, donde además también se dieron resultados favorables. Había costado mucho trabajo, pero el Cádiz consolidaba su posición en la categoría.