El Cádiz continuará, esta temporada, afinando un poquito más el tiro que habrá de llevarle, de regreso, a la Segunda División. Si la campaña anterior concluyó con los amarillos en tercera posición (promocionan por subir los dos primeros), aunque sin posibilidades de ascender varias jornadas antes del final, en esta, el plantel entrenador por Calleja, antiguo jugador, se queda a tiro de piedra del subcampeonato y el acceso a la promoción. Ese honor correspondería al CD San Fernando, que además, terminaría subiendo a Segunda.
Sin embargo, poco o nada hacia presagiar ese buen desenlace en el verano de 1953. Al poco de concluir la temporada anterior, la directiva en pleno presenta su dimisión, y Cilleruelo se queda solo al frente del club. El presidente se piensa también muy seriamente abandonar la nave cadista, ante tantos sin sabores, y la, una vez más, precaria situación económica de la entidad. Llegó a publicarse en prensa incluso que había dimitido. Finalmente, entre el alcalde Carranza y una asamblea de socios donde casi todos los asistentes colaboran económicamente (especialmente importante son las aportaciones de antiguos presidentes cadistas como Vicente Del Moral), consiguen convencer al mandamás para seguir al frente y volver a intentar el salto a la división de plata.
El primer paso es contratar al nuevo entrenador, siendo el elegido Anastasio Calleja, jugador mítico del Sporting de Gijón, y que se retiró del fútbol en activo vistiendo los colores del Cádiz. El madrileño comienza a conformar su plantilla, en la que, como casi siempre en aquellos años, hay muchísimos movimientos. La gran baja es sin duda la de Enrique Cóllar, cedido el año anterior por el Atl. Madrid, y que habría de erigirse como uno de los jugadores más importantes de la historia del club colchonero. En el capítulo de altas, destacan el guardameta Argüelles (del San Fernando), el montañés Cuartango (que habría de formar parte del equipo que ascendería un año después) o Nando, Carlines y Sornichero II, que habrían de tener un papel muy destacado.
El comienzo liguero del cuadro de Calleja no puede ser mejor, y explica que el conjunto amarillo estuviera peleando hasta el final por el ascenso. En las cuatro primeras jornadas, los gaditanos obtienen tres triunfos, dos de ellos ante dos rivales directos como San Fernando y Betis (tan directos, que dichos equipos terminarían siendo los dos que jugaran la promoción y además ascendieran).
A pesar del duro varapalo en la quinta jornada en la visita al Español de Tetuán (encajando un correctivo por 6-0), los amarillos continúan en cabeza cuando ya se ha jugado más de un tercio del campeonato, y algunos empiezan ya a soñar con poder abandonar, por fin, el pozo de la Tercera División.
Ese liderato había de ser, sin embargo, ilusorio, y es que según fueron pasando las jornadas, el Real Betis fue imponiendo su manifiesta superioridad: la entidad verdiblanca estaba decidida, tras siete años de sequía, de regresar de nuevo a Segunda, y pronto puso tierra de por medio. En esta tesitura, quedaba una única plaza libre, a la que optaban, mediado el campeonato, además del propio Cádiz, sus vecinos de La Isla, Ceuta y Almería.
Si hemos destacado antes los triunfos sobre dos rivales directos, hay que mencionar también, pero en sentido contrario, las dos derrotas sufridas ante los mismos equipos en la segunda vuelta del campeonato. Especialmente dolorosa y trascendental (a tenor de cómo se desarrollarían los acontecimientos) fue la acontecida en Mirandilla frente al CD San Fernando: tras un mal partido de los de Calleja, estos consiguen empatar en el minuto 78, y todo el campo se vuelve loco soñando con una victoria que allanaría mucho el camino. Un gol, cuatro minutos después, del pequeño de los hermanos Ayala, para los azulinos, supondría, a la postre, la diferencia que hizo que un equipo promocionara y el otro se quedara con la miel en los labios.
El tramo final de competición es eléctrico. El San Fernando, que ha conseguido una racha espectacular, defiende con uñas y dientes el segundo puesto que quiere arrebatarle el Cádiz. En la jornada 32, los amarillos visitan el feudo del Almería, cuarto clasificado. La victoria gracias al gol de Nando dispara la euforia: los almerienses quedan prácticamente eliminados de la pelea, que ya será un cara a cara entre ambos lados de la Bahía. Nuestro equipo, para este tramo final de liga, se refuerza con el interior Gallardo.
Una semana después el Cádiz se despacha a gusto en Mirandilla con el Recreativo Granada, mientras que el San Fernando no puede pasar del empate en su visita al humilde Iliturgi. Tras estos resultados, los dos equipos empatan a puntos por el coliderato, y la alegría contenida se masca entre los aficionados amarillos. Alegría que habría de tornarse en decepción cuando una semana después, el cuadro de Calleja cae estrepitósamente en el campo del San Álvaro, tras una horrible actuación arbitral, penalti inventado incluido (hubo manos en el área, pero del atacante rival!). Eso, sumado a la goleada sin piedad que la escuadra de Antonio Molinos le endosó al Martos en Madariaga (6-0).
La puntilla definitiva llega el domingo siguiente, cuando el conjunto entrenado por Calleja cae, de forma inesperada, ante el Atco. Malagueño, que le puso mucho más coraje y pundonor que los gaditanos, mucho mejores técnicamente y que se jugaban un mundo. Hace 50 años ya ocurría lo que pasa ahora a veces. Otro 3-2 adverso, como en el campo del San Álvaro, hacen imposible pelear por el ascenso. La mayor goleada registrada en partido oficial por el Cádiz en su historia, en la última jornada frente a la Sevillana de Tánger (13-0) no sirvió más que para ser inscrita en los libros de historia.
CREACIÓN FICHA: 08/01/2009
ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN: 10/09/2010
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