El cadismo ha tenido que esperar 67 años para disfrutar este momento. Muchas decepciones (como olvidar el grupo V), muchos sinsabores, mucho sufrimiento y mucho trabajo para que el club saliera adelante en sus momentos más difíciles, todo ello para que ese hito, el 4 de septiembre de 1977, día en que el Cádiz debuta en la máxima categoría.

Lo hace precisamente ante otro debutante, el Rayo Vallecano, en una gran fiesta para los dos equipos, que en próximos años habrían de unir sus lazos afectivos. La alegría es completa tras la remontada del gol inicial de Canito, gracias a los dos tantos de Villalba, que pasa a la historia del club cadista como el primer anotador en lo más alto.

Al margen de la emotividad de este estreno, había que cumplir en lo deportivo para que aquello no fuera simplemente un sueño de una noche de verano. Aunque los comienzos no son nada halagüeños, y es que la relación entre el técnico, Enrique Mateos, y el presidente, Manuel De Diego, está muy deteriorada. El que fuera jugador del Real Madrid ya estuvo a punto de dejar el banquillo en verano, y tras disputarse la undécima jornada, es finalmente cesado.

Su sustituto fue Mariano Moreno, que aguantó toda la temporada, pero cuyos esfuerzos fueron infructuosos. Los amarillos pagaron la novatada y se mostraron muy ingenuos, especialmente a domicilio, donde eran derrotados con suma facilidad. Paradójicamente, el club amarillo consiguió un mítico empate en el Camp Nou, y obtuvo triunfos sonados en Carranza: Real Madrid, Atl. Madrid y Ath. Bilbao tuvieron que hincar la rodilla ante un debutante.

Estas victorias fueron oasis de alegrías en desiertos de duras derrotas. Los de Mariano Moreno fueron el segundo equipo menos goleador y el que más veces recogió el balón de las redes. Colista, descendió con varias jornadas de antelación.

Como nota adicional, recordar que, además de debutar en Primera, el Cádiz participaba por fin en el Trofeo Carranza, siendo Paco Baena el primer jugador en marcar para el Cádiz en el Trofeo de los Trofeos.