Uno más de los muchísimos jugadores que trajo Quique Pina para el Cádiz de la temporada 2010-11.

En dicha campaña fue absolutamente indiscutible para Jose González. Jugó como mediocentro, pareja inseparable de Oscar Pérez, al que le hacía el trabajo sucio, si bien tampoco se achantaba cuando le tocaba a él subir el balón o jugarlo a las bandas con criterio.

Pese a su altura, no era en absoluto torpe, ni estaba solo para barrer, aunque era lo que hacía, y bastante bien. Salvando las (enormes) distancias, podríamos decir que tiene cierto parecido con Sergio Busquets, el jugador del FC Barcelona y la Selección Española.

Sufrió en sus carnes eso que tanto se habla de que el fútbol un día te da algo y al siguiente te lo quita.

Tiró el quinto y definitivo penalti en las tandas de desempate, en el playoff de ascenso, frente Albacete y Lugo. Contra los manchegos todo dependía de él, si marcaba, se pasaba de ronda, si no, había que seguir lanzando. Anotó con un lanzamiento raso pegado al palo derecho del portero.

Frente al Lugo, también tiró la quinta pena máxima, pero el Cádiz en esta ocasión era el primero del turno. Hizo un lanzamiento muy parecido, pero pegó en el palo y se fue fuera, paseándose de forma casi burlona por delante de la línea de gol. El futbolista gallego que lanzó a continuación no perdonó el regalo.

Tras su paso por Carranza, recaló en el Racing de Santander, como tantos de sus compañeros aquel año.