10 de noviembre de 2025
Ficha en la web:
Pues nada, aquí estamos otra vez, para contarles lo mismo que lo de la semana anterior y de la otra y la otra. Que lo de cimentarse en defensa está muy bien, no decimos que no. Que lo de quejarse de la interpretación del fuera de juego en el gol de Tabatadze puede tener su sitio. Pero que llevamos tres 0-0 seguidos y atención, DOS, si, dos goles en los últimos siete partidos. Un tanto cada 315 minutos (sin contar descuentos). Un solo tiro en toda la segunda parte. El que se quiera esconder detrás de los detalles, allá él o ella.
Hizo una buena primera parte el equipo amarillo, o al menos durante la primera media hora, en la que los cadistas actuaron de locales, yendo por el partido. En el minuto se debió adelantar en el marcador, tras una excelente recuperación de García Pascual (que a falta de efectividad arriba, hay que reconocerle su peso en el juego, fijando a los rivales y presionando hasta que no puede más), se inicia una contra que tras pasar por Ocampo y Suso, termina en Tabatadze, que remata con toda la rabia del mundo al fondo de las mallas. El colegiado, sin embargo, interpreta que el 9 cadista había estorbado a un defensa que venía a intentar evitar el disparo del georgiano. Bajonazo cuando nos la prometíamos más felices.
El encuentro sin embargo entró en una fase de aburrimiento absoluto, y se impuso con mucho el respeto entre los dos equipos, a la necesidad de ganar y querer arriesgar. Pasaban los minutos sin que pasara nada destacable, aunque el primer acto terminaría con la misma emoción con la que había empezado. Un centro desde la izquierda era rematado por García Pascual a bocajarro, pero sin darle dirección, el portero pudo sacar una mano salvadora, y luego el larguero hizo el resto, para incredulidad del punta cadista y el resto de sus compañeros. Con el empate inicial, todo el mundo a la caseta.
La lluvia de amonestaciones que recibió el cuadro de Garitano condicionó de manera notable la segunda parte, y de hecho, Sergio Ortuño se quedó ya en la caseta por precaución, dando sorprendentemente entrada a Joaquín González, que parece que empieza a contar para el técnico vasco. Por desgracia, el ex del Atlético no aportó apenas nada.
Parecía que se iba a animar otra vez el Cádiz tras la reanudación, cuando de nuevo el georgiano Tabatadze acumuló otra ocasión, con un disparo en el minuto 50 que fue al muñeco. Pero ahí terminó todo. Ya no veríamos más a Guilherme en lo que quedaba de duelo. El tercer empate sin goles se empezaba a oler en el ambiente, y el Real Valladolid no hizo mucho tampoco por evitarlo, siendo claramente el dominador de este segundo acto. Las ocasiones de Biuk en el minuto 70 (con una volea que se fue rozando el larguero) y de Amath en el 83 que se encontró con la oposición de un Aznar de nuevo muy inspirado pudieron hacer todavía más sangre.
Los cambios que intentó el míster local no cambiaron un ápice el decorado. Ni Ontiveros y De La Rosa primero, ni Roger y Efe Aghama después, apuntaron la más mínima posibilidad de acercarse a la victoria.
Y así va cayendo el equipo amarillo en la clasificación. Desde que fue líder, le ha caído una maldición encima, y ahora ya sobrevive a duras penas como equipo que cierra los puestos de playoff. Y si sigue empatando, será solo cuestión de tiempo que también salga de ahí. Si no se pone remedio a esta sequía goleadora, tanto por parte del planteamiento del entrenador, como por parte de la calidad que exhiben los jugadores en la parte alta del campo, malamente se va a poder aspirar a mucho más.
Foto: cadizcf.com