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Líderes con solvencia

12 de octubre de 2025

Ficha en la web:
Cádiz - Huesca (2025-2026)

El Cádiz se encarama a lo más alto de la clasificación cuando estamos a punto de consumir el primer cuarto de campeonato. Huelga decir que queda un mundo por delante, pero evidentemente mucho mejor estar así ahora que no como el año pasado. El equipo amarillo se hace acreedor de este reconocimiento tras derrotar en casa al Huesca por 1-0 (ojo, un gol encajado en el Mirandilla en cinco partidos). Y lo hizo como viene haciendo desde que empezó el campeonato. Este equipo no engaña a nadie en su planteamiento, pero lo cierto es que éste se va perfeccionando semana tras semana y cada vez es más difícil encontrar la vía para hacerles daño.

Y es que salvo aquella anomalía del 3-3 en Anoeta, los partidos del Cádiz son binarios: 0-0, 1-0, 0-1 o 1-1. Poco más. Hoy se repitió la historia, pero con dos añadidos que es de justicia mencionar: pocas veces el rival dio la impresión de poder de verdad poner en apuros a Aznar (lo cual viene de un sistema defensivo que empieza a funcionar como un reloj suizo) y a diferencia de otras ocasiones, durante muchos minutos los amarillos hoy vivieron en campo contrario y generaron muchísimo peligro (botaron hasta 12 saques de esquina) y no hubo más goles porque faltó pericia en el pase final, pero no porque se estuviera contemplando atrás como pasaba la tarde, a ver si el rival hacía fallo y regalaba un gol (aunque a la postre, el tanto de la victoria vino de aprovechar un pase horrible de un oscense).
 
A la baja de Climent por sanción y la de Kovacevic por internacional, se unieron las de Suso por problemas físicos, y luego la de Diakité que si bien estuvo en el banquillo (y terminó jugando unos minutos) no salió de inicio. Muchas bajas para Garitano que tuvo que ser creativo. En la zaga dio entrada a Jorge Moreno, que debutaba (ya sabemos que Pelayo, tras su mala actuación frente a la Real Sociedad B, lo va a tener muy complicado) y a Raúl Pereira (esperado, y que cumplió de forma más que correcta), y en la medular sacó a Alex Fernández, Sergio Ortuño y Diarra, para que Ontiveros estuviera completamente liberado de tareas defensivas. Y no le pudo salir mejor.
 
Sería por todos estos cambios, pero lo cierto es que los aragoneses salieron mucho mejor al partido que los locales, que tardaron un buen rato en enterarse que había empezado el partido. Hasta tres ocasiones claras acumularon los azulgranas en apenas el primer cuarto de hora, que milagrosamente no acabaron en gol. En el minuto 3, Kortajarena abría el capítulo de ocasiones con un disparo desde la frontal  que no fue gol por escasos centímetros. En el 9, Víctor Aznar se tuvo que emplear a fondo para desviar un disparo lejano de Ro Abajas. Y en el 13, un error muy grosero de Jorge Moreno (parece que va a estar muy difícil encontrar sustituto a Kovacevic) dio pie a un mano a mano entre Enol y el arquero amarillo, en la que el delantero foraneo perdonó tras intentar una vaselina que se fue por arriba.
 
Fue entonces cuando Ontiveros se echó el equipo a la espalda y nos regaló su primera gran actuación de la temporada. Que alegría volver a verle activo y destrozando caderas por todas las zonas del campo. En el minuto 15 fue el marbellí el que despabilaba a los suyos con uno de esos disparos tan característicos suyos, con un rosquita que se fue acariciando sutilmente el palo largo. A partir de aquí, los cadistas se acordaron de que tenían que jugar un partido, y ahora sí, fueron embotellando a su rival, que ya no molestaría más a su guardameta. Eso sí, faltaba llegar con claridad al área y que a los defensas oscenses les temblaran las piernas. Pero todas las acciones terminaban en despeje a córner. En uno de ellos, Ontiveros (quien si no) intentó un gol olímpico al que le faltó poco para entrar.
 
Con este panorama de mucho dominio pero infructuoso, nos fuimos al descanso, y con el mismo, regresamos de la caseta. El alto en el camino fue como cuando en el cine se cambiaba el rollo de la película, y esta continuaba por donde había quedado. Así que Garitano, que olió la sangre, se cambió por un día el traje y se vino arriba, dando entrada a Ocampo (que por desgracia estuvo totalmente inédito) por Yussi Diarra. Clarísima declaración de intenciones a sus jugadores.
 
Y como al final la cabra tira al monte, el gol llegó de contra, aprovechando como va dicho, un error de bulto de la escuadra rival. Recuperación en campo propio, pase al espacio de 30 metros de Sergio Ortuño, y el resto es historia: Tabatabdze corriendo como si fuera la última jugada de la liga (como corre todas, vamos), y chutazo en caída para que con algo de suspense (tras golpear en el portero) el cuero termine entrando. Éxtasis compartida a la par por grada y jugador, un matrimonio que está en plena luna de miel.
 
A partir del gol llegó el lógico rosario de cambios por parte de ambos entrenadores, esperando cambiar el decorado. Pero lo cierto es que este Cádiz en defensa ha construido un muro de hormigón, y poca gente va a poder picar piedra. Con un papel destacado de Efe Aghama (el único del banquillo que aportó cosas tangibles) llevándose la pelota como el diablillo que es por la banda, los cadistas fueron dejando morir el partido. Pudo Roger hacer la sentencia tras otro robo por error rival (este de Alex Fernández) pero el delantero valeciano evidenció, con su control largo (cuando solo tenía que dar el pase a la red) que ahora mismo, no está para esto.
 
Con el sufrimiento consabido, los amarillos vieron como el colegido daba por concluido el encuentro y se metían tres puntitos más muy ricos al zurrón. Poco que decir: que siga el plan de trabajo como está.
 
Foto: cadizcf.com