05 de octubre de 2025
Ficha en la web:
Tenía que llegar antes o después, y lo hizo hoy. Por primera vez en este curso, los de Garitano se vuelven de vacío de un partido, que no fue ni mucho menos el peor de la temporada. Aunque tampoco es que hicieran mucho por ganarlo (y es que este es el riesgo que asume el técnico fiándolo casi todo a que el rival se equivoque en algún momento del encuentro), lo justo hubiera sido un 0-0, pero un error en un córner en el que encima estábamos con diez condenó a los cadistas hoy en las islas no tan afortunadas para nosotros.
Lejos de auparse al liderato, los amarillo (hoy del color del pendón de la ciudad) caen a la tercera plaza. Ya decimos que esto era misión casi imposible, con el partido que realizaron hoy los nuestros. Poco más de un empate se podía rascar. El primer tiempo fue especialmente duro en lo que a carencia de ocasiones se refiere. Solo el local Loidice, al cuarto de hora, vio camino con el que, también a saque de esquina, cabecear para que la bola se fuera lamiendo el palo. Poquito más que llevarse a la boca.
El resto, lo que ya nos empezamos a saber de memoria, a saber: Diakité cubriendo todo el campo como si estuviera jugando en una pista de futbito, García Pascual arriba peleándose contra todos los molinos de viento, y por la derecha alguna conexión entre Suso e Iza. Poco más. Ontiveros volvió al once hoy pero el marbellí empieza a preocupar por su bajo estado de forma. Esta temporada no hemos visto prácticamente nada de él.
La segunda parte empezó con buenas y malas noticias como suele decirse. Las buenas, que Kovacevic, tras el golpe recibido en la primera mitad, podía continuar. Las malas, que por poco no nos encontramos un penalti en contra sin comerlo ni beberlo. Afortundamente, el VAR avisó al árbitro de que se había pasado de listo, y el balón que había despejado Suso fue con la espalda y no el brazo.
Lo que sí se vio definitivamente es un paso adelante de Las Palmas, que se hizo con el control total del cuero, y avanzaba metros según caían los minutos. El Cádiz, ni sabía como se llamaba el meta contrario. Los cambios de Luis García, como la entrada de Recoba, dieron dinamismo al ataque canario, que obligaba a los visitantes a multiplicarse para no verse comprometidos.
Ajustándose al esquema habitual, la oportunidad para el Cádiz llegó en el minuto 72, que fue hasta cuando hubimos de esperar para ver la primera ocasión real de peligro. Contragolpe de libro, entrada por la derecha de Suso que tras hacer su típico amague hacia fuera, cede blandito a Sergio Ortuño que manda un mísil con curva que obliga a Horkas a hacer la parada de la noche. Dos minutos después, el balón llega ahora por la banda izquierda, desde la que se centra para que García Pascual cabecee y obligue al cancerbero a lucirse otra vez.
La entrada sin embargo de la estrella local Kirian cambió de nuevo el decorado, y el campo se inclinó hacia la meta de Aznar, hasta que llegaría lo inevitable. En un corner que ya había salvado Caicedo in extremis (quitándole la pelota a Recoba de los pies cuando iba a fusilar a gol), el ecuatoriano se tuvo que salir para ser atendido, Kirian centra muy llovido, Kovacevic se despista en la marca, y Aznar no está hábil en el palo corto para atajar el cabezazo de Barcia. Mira que el balón vino desde muchísima altura, pero nadie atinó a despejar el peligro.
Como pasa siempre en estos casos, el equipo que perdía encontró prisas por todas partes, y todavía tuvo tiempo de generar una ocasión para empatar, pero el disparo que le quedó a Suso tras un balón cruzado se estrelló en el arquero amarillo, sin dejar ya lugar a la réplica.
No hay señales para alarmas de ningún tipo todavía, pero haría bien Garitano en intentar que su equipo no consuma el 80% del tiempo de juego en disfrutar de ocasiones de verdadero peligro. Vamos a ver si lo arreglamos en casa.
Foto: cadizcf.com