15 de septiembre de 2024
Ficha en la web:
Vaya, quien se lo podía imaginar ¿verdad? El Cádiz sigue sin encontrar su camino al gol. Hoy volvió a darse de bruces con la realidad, que es que si no hay pena máxima (llevamos tres a favor en cinco partidos, para aquellos que hoy se les ocurrió protestar del árbitro y que tienden a ver manías persecutorias), los amarillos sufren lo indecible para llevar el balón a la red en jugada, algo que solo han hecho en tres ocasiones sumando las cinco jornadas disputadas. Y así, va a ser muy difícil acercarse si quiera a los objetivos establecidos.
Es verdad que los de Paco López hoy fueron muy superiores a su rival, que es lo mínimo que se espera cuando se enfrentan un descendido de Primera y un equipo que hasta el año pasado hacía quince que no jugaba en el fútbol profesional, y que en esta campaña estará peleando por no descender (ya ocupa el tercer puesto por la cola). Pero tan es verdad que ese dominio no fructificó en goles y en puntos, y que hubo algún susto en defensa, más propio de errores propios que de aciertos de los gallegos.
Los locales imprimieron, como suele pasar en estos casos, un ritmo mucho más fuerte, intentando pillar fríos al contrario y aprovechar el factor campo. Escalante, Alcaraz, Iza o Sobrino, todos tuvieron ocasiones muy claras en la primera media hora, ya fuera de disparo fuerte de media distancia, o fuera tras jugadas de elaboración con remate ya casi en la línea de gol. Pero unas veces el portero ferrolano, otras la falta de acierto amarilla, impidieron que el marcador se moviera. Pero desde luego que el Cádiz lo mereció en este primer asalto.
Pero como es costumbre también en estos partidos, tras pasarse el efecto de la gaseosa recién abierta, luego vienen las complicaciones. En el minuto 37 faltó un pelo para que el excadista Alvaro Giménez diera la sorpresa en el Mirandilla, tras un cabezazo errado de su compañero Puric (que estaba completamente solo), pero el delantero verderón se encontró con la oposición de Alcaraz cuando se mascaba la tragedia.
La segunda parte por desgracia, fue una continuación de lo visto en los últimos quince minutos de la primera. El duelo fue entrando en un barro espeso donde cada vez era más difícil ver llegadas de unos u otros, para beneficio de los visitantes. Los cambios no sentaron bien los amarillos (Ontiveros no mejoró a Ocampo ni Alarcón renovó el aire en la medular), y el tiempo fue pasando sin que se pudiera apuntar nada relevante que contarles.
No queda otra que encomendarse a que se vayan resolviendo las lesiones y a lo larga que es esta liga para esperar tiempos mejores. Esperaremos.
Foto: cadizcf.com