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Un empate de raza pese al VAR

04 de diciembre de 2023

Ficha en la web:
Celta - Cádiz (2023-2024)

Punto sufrido, agotador, con momentos de desesperación, pero sobre todo con mucho bemoles, después de aguantar un asedio constante del equipo rival, merced a la expulsión absolutamente surrealista perpetrada al alimón entre Gil Manzano y Del Cerro Grande (mucho peor lo suyo desde el VAR), que dejaron al Cádiz con diez durante más de una hora de partido. Así y todo, los amarillos sufrieron lo indecible y pudieron rescatar al menos un empate que hace que se agote otra jornada sin que los de abajo puedan recortar distancias. Ya es mucho dado los elementos contra los que tocó luchar hoy.

Nunca se sabrá pero la enésima injusticia e irregularidad arbitral acontecida hoy (es verdad que el equipo gallego ha protagonizado muchos episodios aún más esperpénticos si cabe en contra en esta liga, pero es del todo injusto que se compensen a costa de nosotros, que no vamos mal tampoco), pero lo cierto es que hoy pintaba a que el Cádiz se podía reencontrar con la victoria. Los visitantes salieron muy enchufados y con una concentración absoluta desde el primer segundo de juego. Se presionaba bien arriba, se robaba, se salía por banda, se triangulaba bien, y arriba Chris Ramos ya empezaba a asomar.

No fue raro ver al cuarto de hora como Iván Alejo (descomunal hoy en la pelea y en la lucha) ponía un centro medido a la cabeza del delantero gaditano, que con un gesto majestuoso, elevándose por encima de todos, hacía un gol de bandera que ponía el 0-1 en el marcador. Las buenas sensaciones se volvían a plasmar pronto en el marcador, como ocurriera el miércoles en Palma.

Evidentemente el cuadro local, herido tras recibir el tanto, quiso contraatacar, y ahí empezaría a emergir la enorme figura de David Gil (que mala suerte ha tenido este chico en el Cádiz, en el que sin duda ha merecido muchos más minutos), que empezaba su recital de paradas, a sendos disparos de Mingueza y Larsen.

Así hasta que llegamos al fatídico minuto 35, en el que Gil Manzano destapó su tarro de las esencias, y con asistencia de Del Cerro Grande, se inventa una expulsión sobre Chust por una supuesta falta (no da ni para eso) siendo último defensor (cosa que por cierto no aparece en el reglamento, que habla literalmente de "ataque prometedor"). Fali andaba por ahí tapando el supuesto avance de Iago Aspas (que fingió en exceso, un clásico del gallego), que más bien daba la espalda a la portería. Inexplicable. Los gestos de Gil Manzano evidencian claramente que está esperando que el VAR le llame, posiblemente porque ya se huele que algo no va bien, pero el de arriba lejos de corregirle, le reafirma. Perro no come perro. Sigan, pero con uno menos. Asco.

A partir de aquí no cabe análisis futbolístico, o al menos, no táctico ni estratégico. Sergio González, como si le hubieran expulsado al portero, saca a un delantero y da entrada a Momo, que se va a la defensa con Fali. Y que sea lo que dios quiera. Con uno menos y fuera de casa, el Cádiz se pone en modo guerra de guerrillas, y al Celta, a la inversa, le entran tremendas prisas para remontar el duelo por las bravas. Y así, una hora entera. Sería capital la figura del arquero cadista, que paró todo lo que pudo humanamente pudo parar.

Llegó el descanso salvador para los amarillos, para intentar coger aire y reordenarse en el campo. Multiplicándose en defensa ante las incontables acometidas celestes, los Alejo, Sobrino, Iza, Alex, Fali, Alcaraz...están todos excelsos cortando el juego, sin conceder faltas y tapando en las ayudas en los compañeros, fuera suya o no la responsabilidad. Este marrón es de todos y entre todos lo sacamos.
Algunos empezábamos a soñar con una victoria heroica, pero en el minuto 56 el conjunto de Rafa Benítez consigue el empate, tras una excelente jugada iniciada por Mingueza, centrada por Manu Sánchez y rematada a placer por Larsen. Y queda más de media hora.

La agonía parecía que no iba a acabar nunca, pero Sergio esta vez sí jugó muy bien con los cambios, y los ejecutó justo cuando había maximizado el esfuerzo de los que se iban, entre ellos unos inmensos Chris Ramos (que todavía forzó algún corner estando totalmente solo), Alejo y Sobrino. Y así, entre unas cosas y otras, resistiendo jugada tras jugada en un sufrimiento imposible, consiguieron los andaluces arrancar un punto en circunstancias extremas, que debe servir para reforzar la moral de un equipo que venía regular, y que vean que con esfuerzo, sí pueden. Vaya si pueden.

Foto: cadizcf.com