29 de noviembre de 2023
Ficha en la web:
Oda al juego trabado y feo, que deja al menos un empate para el Cádiz CF. Mucho mejor resultado que fútbol, aunque su rival tampoco es que se deshiciera en jugadas de jogo bonito. Era duro escuchar simultáneamente los goles y ocasiones de la Champions mientras en Mallorca se pitaba una falta cada tres minutos, pero esta es nuestra liga y esta religión elegimos libremente (o ella nos eligió a nosotros).
El choque fue realmente duro de digerir para los espectadores neutrales, que apenas vieron ocasiones de gol por parte de ninguno de los dos contendientes, más preocupados de buscar la falta contraria y simular agresiones inexistentes, que terminaban siempre en vergüenza ajena, que por inundación, ya damos por normal.
La primera parte estuvo del todo concidionada por el golazo espectacular de Alcaraz de falta directa, cuando apenas se contaban diez minutos de partido. Como hemos visto otras veces, la consecuencia fue que las once camisetas amarillas se quedaron prácticamente a vivir en su mitad del campo. Durante más de media hora solo el Mallorca tuvo el balón, aunque no hacía un uso certero del mismo como para buscarle las cosquillas a David Gil, que eso sí, a punto estuvo, en un resbalón desafortuando, de regalarle el gol que el rival no podía conseguirse por sí mismo.
Es imposible mencionar nada destacable de esos minutos, hasta el descuento (salvo un despeje salvador del meta visitante a tiro de Darder), otra vez el descuento. Momo sale hasta el mismo córner a tapar un centro, que llega a Abdón Prats, que en clara ventaja de centímetros de altura contra Iza, saca un cabezazo que se va al fondo de las mallas.
¿Saben cuando el Cádiz volvió a disfrutar de otra ocasión de gol clara? A reglón seguido de encajar. No falla. En este caso, Alex Fernández tuvo un balón franco en el borde del área ya sin portero, pero ajustó demasiado su disparo con la zurda, marrando la que sería la mejor oportunidad del choque para los de Sergio González. De ahí, a vestuarios. Combate nulo de momento.
Habiendo encajado, los amarillos salieron con un talante bien distinto en la segunda parte, y ahora al menos se permitieron intentarlo, si bien los delanteros se aburrieron ante la falta de balones. Mejoró y como con los cambios, no era difícil. Unos preocupamente desaparecidos Maxi Gómez y Machis dejaron su puesto a Sobrino (nos ahorramos los comentarios sobre su chut desde media distancia) y sobre todo a Chris Ramos, que algo más de mordiente le puso.
Atrás se apañaban bastante bien los Fali, Momo, Iza y Javi Hernández, y evitaban que David Gil pasaba apuros. Así que iban pasando los minutos sin que ocurriera nada digno de mención en las áreas. Que acabe esto pronto.
Todavía pudo el Cádiz dar al traste con todo en el descuento (cuando si no?) de la segunda parte, en la mejor acción de los bermellones, con un trallazo de Llabrés al que respondió formidablemente el arquero del Cádiz, salvando un punto que es muy necesario para airear las cabezas, pero que no puede esconder lo que no están haciendo las piernas (y no es un problema de actitud ni de esfuerzo).
A jugarse la vida (otra vez) en Vigo. Y a rezar para que los de abajo sigan perdiendo como lo están haciendo.
Foto: cadizcf.com