Fichaje de estos que es imposible de entender. Apuestas que casi nunca salen bien, y este no fue el caso de excepción. Un jugador de banda, totalmente desconocido, con una historia humana importante detrás, pero que era imposible de predecir. Al igual que Jonsson, provenía de jugar principalmente en Dinamarca y Turquía, pero no todas estas apuestas salen igual.
Alguno podría decir que es tribunero, con muchos efectos especiales pero poco que llevarse a la boca. Dejó algunos detalles de calidad aquí y allá en partidos como contra el Celta o el Barcelona (mucho mejor saliendo del banquillo), pero poca cosa se traducía en algo tangible de la que el equipo pudiera beneficiarse.
Curiosamente, aprovecha algunas oportunidades cuando Sergio lo saca desde el banquillo, como en Vallecas, en el que gracias a él, llegó el gol del honor cadista. Sería, no obstante, su último partido en aquella campaña, puesto que salió cedido en el mercado invernal, para dar sitio a los fichajes que el equipo necesitaba como el comer.
A pesar de su poca presencia en el Cádiz, el keniano-australiano es convocado para el Mundial de Catar, disputando además varios partidos en el mismo, marcando con esto el hito histórico para el club amarillo de tener un mundialista en su plantilla.
Eso no le libr para que se le busque una salida en el mercado invernal en forma de cesión, y finalmente traspasado este verano, al Grasshoper de Suiza.
Foto: portalcadista