29 de septiembre de 2019
Ficha en la web:
Hay partidos y resultados que definen. Que te dicen que ese equipo tiene algo, que va a llegar lejos. Todos hemos visto partidos así. Partidos que cambian trayectorias. Partidos que cargan de fe y de razones. Hoy lo vimos con la camiseta amarilla.
Almería, como avanzamos mirando los precedentes, volvió a ser campo talismán para los amarillos, que salen a victoria por partido en tierras orientales. Pero el triunfo de hoy no es un triunfo cualquiera. Porque vimos un gran Cádiz antes de la expulsión, siguiendo su guión de siempre, esperando que cayera su ocasión. Y vimos un Cádiz inteligente tras quedarse con uno menos, no limitándose solo a echarse atrás.
Tras una primera parte soporífera, como tantas que le hemos visto al Cádiz de Cervera, en la que los amarillos no permitieron que su rival llegara, manteniendo su puerta a cero, primer mandamiento de la religión cerverista. Con todo, el Choco tuva una ocasión para haber dado el primer golpe.
Y tras el descanso, la locura. Basando el duelo en un centro del campo que puede ser el mejor de la categoría, cimentado en la solidez de Garrido y Jose Mari, y la omnipresencia de Alex, los visitantes se buscaron su ocasión, que llegaba por fin con el tanto del Choco, que esta vez no desaprovechaba la asistencia de Salvi con el exterior, un Salvi que este año vuelve a ser el que tanto echamos de menos el año pasado.
Cuando todo parecía controlado un error garrafal de Marcos Mauro (que enturbió así su excelente partido), culminado en un penalti absurdo, acababa en penalti y una tarjeta roja muy rigurosa. Los locales no desaprovechaban la ocasión. Empate y uno menos, con diez minutos por delante.
Y aquí surgió el carácter del líder, de equipo que no sigue lloriqueando por una permanencia que no ha peligrado desde agosto de 2016. Con inteligencia, fue gastando minutos sin renunciar a irse arriba. Entre Alejo y Nano Mesa, que entraron para hacerlo todo bien en la segunda parte, todas las jugadas con sentido, fabricaron el centro que aprovechó un Pacha Espino incomensurable, viniendo desde atrás. Gol de equipo, aun siendo uno menos.
Mataba el Cádiz el partido a pesar de los ocho minutos de descuento, ganando así en casa del líder, para robarle la posición en la atalaya de la tabla.
Respeto a todos los rivales, y a seguir trabajando semana a semana, pero sí, lo de la permanencia, era una milonga.
Foto: cadizcf.com