Un equipo con éxito deja un once inicial que todos los aficionados recitan de memoria. Y aquí, sería imposible listar todos los cambios que realizó en su sistema.
Ese podría ser el epitafio de Claudio Barragán como entrenador del Cádiz. Desde el monumental cagazo del equipo en casa frente al Oviedo, el técnico de Manises pareció quedarse tocado, y nunca se recuperaría. Sus continuas probaturas, cambios en los onces, con desmantelación de la plantilla en enero incluida, han terminado por costarle el puesto. De ganar en Murcia a perder con el Almería B. De tener a Servando como centrocampista o poner a Migue como lateral izquierdo, el de Manises no ha dejado de sorprender por sus salidas de "entrenador", en una clara evidencia de que o no había plan, o éste se desmoronaba cada dos por tres.
Claudio se marcha como segundo técnico que más veces ha dirigido al Cádiz en Segunda B en toda su historia, pero con la mancha de haber desperdiciado un campeonato de grupo IV.