Presidente que apenas estuvo unas semanas en el cargo, sin aportar cantidad alguna, y que supuso un esperpento más en el desastre que fue la temporada 2000-2001 en lo institucional (ya que, como recordamos, en lo deportivo sólo faltó la guinda del ascenso).

Con ADA habiendo retirado completamente todo apoyo financiero o gestión sobre la entidad, se buscaba desesperadamente alguien a quien "echar el muerto". Mendoza, empresario taurino, se erigió como el relevo, salvador de una entidad para la que cada día parecía el último. Sin embargo, pronto empezó a verse que aquello no terminaría bien. Creó una sociedad fantasma (Zalinde SL) con la que pretendía manejar el club, a la sombra de Masato Horita, un desconocido empresario japonés que llegó a aparecer por Cádiz, y contra el que incluso advirtió la RFEF.

Finalmente, el japonés retiró el apoyo a Mendoza y éste intentó asociarse con Rafael Polanco y Antonio Muñoz, pero sin hacer aportación económica alguna. Finalmente, en marzo de 2001, abandona el sillón presidencial en favor de Muñoz.

Por desgracia, quedará para siempre en las fotos de la primera vez que Mágico visitó Cádiz, después de 20 años de ausencia, con motivo del partido benéfico celebrado en febrero de 2001 para recaudar fondos con los que ayudar a las víctimas salvadoreñas del huracán Mitch.