No será especialmente recordado el paso de Ramis por el Cádiz.

Llegado en calidad de cedido procedente del Peñarol uruguayo, y con el mérito de haber disputado el mundial sub20 con su selección, la palabra de Víctor Espárrago fue decisiva para que la entidad se terminara decidiendo por su contratación en el mercado invernal de la temporada 2009-2010.

Tras un comienzo prometedor, en su primer partido como titular, marca un excelente gol en Huelva que, sin embargo, se terminaría mostrando insuficiente (en un fatídico partido que los nuestros debieron ganar y dejaron escapar incomprensiblemente), su rendimiento fue poco a poco cayendo enteros.

Especialmente penoso fue su partido contra el Villarreal B en Carranza. En plena escalada cadista en la clasificación, el extremo uruguayo sale en la segunda parte a intentar abrir la lata que ha dispuesto, sin mucho convencimiento, el filial castellonense. Ramis falla dos ocasiones clamorosas, tras recorrer más de 20 metros completamente solo, sin saber definir adecuadamente. Esa fue la puntilla para una afición cansada de esperar ídolos en una mediocridad generalizada.

De ahí al final acumuló algunos minutos más, sin nunca aportar nada especial, hasta que finalmente, Espárrago lo descartó completamente en los últimos cuatros choques ligueros, los de la verdad. Por tanto, una decepción más de tantas como las que ha tenido que sufrir la hinchada amarilla.