Central que llega al Cádiz en el verano de 2009, de vuelta en Segunda División, tras esperar, infructuosamente, al Xerez, con el que quería renovar (tras haber sido cedido al club azulino por el Málaga). Su fichaje es elección directa de Julio Peguero, que le firma un contrato de tres años.

Venía de militar un lustro consecutivo en la división de plata, tanto con los malacitanos (filial y primer equipo) como con los xerecistas. El zaguero, rápido y polivalente, que también ha disputado algunos encuentros como mediocentro defensivo, se asienta enseguida como titular. Forma una excelente defensa junto con Cristian, Fragoso y Cifuentes. No obstante, el Cádiz de plata encaja goles por doquier, y cae la cabeza de Gracia.

La llegada de Espárrago no supone ningún problema para el marbellí, que sigue imponiéndose a Mansilla y De La Cuesta por un puesto en el eje de la zaga. Al menos en apariencia, porque casi de la noche a la mañana, el jugador pasa al un ostracismo casi total. En la jornada 25 es titular en Carranza frente al Hércules. De ahí al final de temporada, 16 fechas, disputa sólo 178 minutos en 4 jornadas. Y lo que es peor, sus nóminas empiezan a no llegar. Es cuando se sabe entonces que el malagueño tiene un contrato de 240.000 euros, y se arma revuelo.

Más aún, cuando el club cae de nuevo en las garras de la Segunda B, en la que su contrato es totalmente inasumible, menos aún, con la administración concursal de por medio. Sin embargo, el jugador no recibe ofertas, y se queda en el Cádiz, sin aceptar, en principio, rebaja en su ficha. Muñoz sin embargo le paga lo que entiende que debe cobrar en Segunda B. La diferencia es importante.

El futbolista sin embargo es imprescindible tanto para Vidakovic primero, como para Jose González después, así que el problema se va aplazando, tanto por club como por jugador, hasta que explota el lío monumental en enero de 2010, cuando las denuncias por impago de Silva y Cifuentes impiden incorporar al club nuevos jugadores. El madrileño termina aceptando rebajar su ficha y retirar la denuncia, pero no así el marbellí, que pide sus honorarios, tras cumplir en el campo. Finalmente, in extremis, es convencido por su representante y Roberto Suárez para que retire la denuncia, y el Cádiz puede dar de alta a Moreno y Juanse.

La liga continúa y el central sigue siendo innegociable para Jose González. Sólo se pierde algunos partidos en la recta final de liga, debido a una lesión muscular. Disputa incluso la desastrosa promoción contra el Mirandés, recibiendo incluso varios puntos de sutura en el duelo de vuelta. Como sabemos, desgraciadamente el Cádiz no ascendería, y finalmente, Silva no completaría su contrato, y saldría del club cuando llega Quique Pina, volviendo al Xerez por cuatro veces menos sueldo del que percibía en Carranza.

Una vez fuera de la capital, el jugador lleva a la empresa a los tribunales, que finalmente darían la razón a estos últimos.

Independientemente de estos líos extradeportivos, es indiscutible que el jugador cumplió con creces en el campo, y que no armó jaleos en las ruedas de prensa, remitiéndose a su contrato y al proceso judicial.

Ha sido internacional por Filipinas