Nacido y criado en el distrito de Breña de la capital peruana, a los 14 años de edad, decide acudir a las instalaciones de Centro Iqueño, su equipo, para hacer una prueba. No sólo convenció a los técnicos para que fichara por las categorías del club: a los dos días, ya hacía su debut en la máxima categoría del país andino, frente al todopoderoso Universitario. A pesar de perder el encuentro, Biselach tuvo una gran actuación.

Fue el comienzo de una década de relación, que habría de ser muy beneficiosa para ambas partes. Siendo futbolista de "los albos", fue convocado para el Sudamericano de Selecciones Juveniles (disputado en Chile en 1958), así como con la selección absoluta para las Olimpiadas de Roma 1960.

Tras una década vistiendo la camiseta blanca de Centro Iqueño, siendo todavía joven, le surge la oportunidad de firmar por el Cádiz. Todo ello gracias a su compatriota y también "supporter" de la entidad iqueña, Guillermo Delgado, que vestía entonces la camiseta amarilla, y recomendó su fichaje.

Desgraciadamente, no tuvo suerte en Carranza. Una lesión de rodilla le obligó a pasar por quirófano, y su temporada en el club cadista fue más que modesta. Tras una única campaña en la Plaza de Madrid, decide regresar a su país de origen, para volver a enrolarse en club de sus amores, en el que terminaría retirándose.