Clásico mediapunta cuya principal misión es dar el último pase.

Surgido de la cantera del Bazán, rápidamente fue captado para los escalafones inferiores del Cádiz, donde enseguida empezó a despuntar.

Cedido un año en La Balona, volvió al primer equipo cadista, donde puso su granito de arena para conseguir el ascenso a Segunda en 2003, en el que destaca su gol de cabeza en Las Gaunas, y que significaba el comienzo de la remontada que terminaría culminando en la despedida a la categoría de bronce.

Sin embargo, con el ascenso de categoría no encuentra sitio, y pasa tres temporadas de cesión en cesión, hasta que finalmente decide romper con el club, en una salida que fue cualquier cosa menos amistosa. Su estancia en el Cádiz también se vio emborranada por un altercado protagonizado por su padre, que agredió a un periodista en los bajos de Tribuna en represalias a lo que entendía, no eran críticas aceptables para el juego de su hijo.

Harto de esperar una oportunidad, se echó la manta a la cabeza y se fue a jugar a la liga griega, en la que permaneció durante tres temporadas. Al término de esta tercera estuvo unas semanas en el Toledo, pero antes de comenzar la liga rescindió su contrato, para regresar de nuevo al fútbol heleno.