Sin duda ninguna, una de las mayores decepciones de la temporada 2024-25 en el Cádiz CF, y mira que no fue un año sobresaliente ni mucho menos.

Cedido por la Real Sociedad, con un bagaje importante en Primera División, se suponía que en una categoría inferior tenía que si no pasearse, por lo menos marcar una diferencia notable. Pero después de sus gravísimas lesiones de rodilla se notaba desde lejos que estaba falto de confianza.

No en vano, llega a Cádiz lesionado, empezando ya la temporada con el pie torcido, nunca mejor dicho. Le llevo un mes y medio, hasta finales de septiembre, en el partido contra el Eldense, poder por fin debutar en partido oficial.

A partir de ahí, tanto con Paco López primero, como con Garitano después, el sevillano participa muchísimo, siendo titular en un número importante de jornadas. Pero éstas van pasando y no hay forma de que marque, pese a disponer de ocasiones clamorosas, como ante Málaga o Racing en casa, ya sin portero.

Y claro, tanto fue el cántaro a la fuente, que al final Garitano se terminó cansando y buscó en otros jugadores los goles que Carlos Fernández no le daba. Con la recuperación de Roger, el hispalense se encontraba con más competencia por el puesto. Desde febrero hasta final de temporada, ya solo sería titular en cuatro ocasiones, y dos de ellas fueron en las últimas jornadas de la basura, ya con la permanencia asegurada. 

De hecho, tuvimos que esperar para la jornada 39 para ver su primer y único gol en toda la temporada. Casi 1500 minutos de juego sin marcar. Y fue un gol raruno, en un partido extrañísimo contra la UD Almería, que jugaba con uno menos. Pero vamos a dejarlo ahí. La afición llegó un punto que ya se lo tomó a mofa, como suele pasar por aquí.

Evidentemente, el club no hizo efectivo el pago de su claúsula, y regresó a su club de origen, dejando un sabor muy amargo por su pobrísimo bagaje goleador.