Chiclanero, y tras haber pasado varios años entre las canteras de Valencia y Málaga, regresa a la provincia para enrolarse con 19 años en el Cádiz B, en el que irrumpe con muchísima fuerza.

Extremo diestro con una gran proyección ofensiva, con Cervera tiene la oportunidad de su vida, y gracias también en parte al pobre rendimiento de Salvi, y al inexistente de Alvaro Jiménez, da el gran salto a su debut en Primera, que se produce (ya como titular, puesto que había jugado algunos minutos en el partido frente el Valencia del castigo a los de la salida nocturna) en el estadio de La Cerámica en Villarreal (y que a punto estuvo de acabar en señalada victoria).

Vive aquí sus mejores momentos como amarillo, al repetir titularidad días después frente al Mallorca en casa. A partir de aquí le tocó salir desde el banquillo, pero Cervera contó ya siempre con él en mayor o menor medida (como hiciera en el histórico empate en el Bernábeu), siendo titular en los dos partidos de epílogo del técnico (Sevilla y Osasuna).

Con la llegada de Sergio González y la ascensión de Iván Alejo su estrella se apagó, y ya no disputaría ni un solo minuto más en liga, teniendo que conformarse con los minutos que sacaba en el filia en 2RFEF.

Tras acabar la temporada, y visto el potencial que ofrece el jugador, el club decide cederlo, encontrándole sitio en el Unionistas de Salamanca, en 1RFEF. A pesar de su más que destacado rendimiento en el club salmantino, a su vuelta, considerando el gran momento del equipo cadista y que Sergio González continúa al frente del mismo, se termina optando por su rescisión definitiva, siendo traspasado al Eldense (recién ascendido a Segunda).