Un portero de leyenda ya para el Cádiz, siendo el que más partidos ha disputado en la máxima categoría en toda la historia en el momento de escribir este texto.

Llega en el verano de 2020, incorporación sorprendente cuanto menos, totalmente desconocido para el gran público, y que veía en el Cádiz como su vehículo para saltar al fútbol de Europa desde su Argentina natal.

Cumpliendo el tópico, como buen arquero argentino, su estilo es, por ser suaves, poco ortodoxo. Tanto te regala un paradón a mano cambiada, como que realiza una salida totalmente alocada, aleteando en el aire sin hacer contacto con el balón. En todo caso, tras su llegada accidentada a Cádiz (nada más aterrizar dio positivo en COVID y tuvo que pasar dos semanas de aislamiento), en cuanto por fin pudo debutar en liga, en San Mamés (con parada y victoria épica incluida), ya se convertiría en titular indiscutible para Cervera, sin que hubiera ninguna discusión al respecto.

El arquero dejaría durante la temporada grandísimos momentos, como las dos a Darwin Machis ante el Granada en Carranza, la mano a Luis Rioja con empate a uno en Carranza ante el Deportivo Alavés o el penalti parado a su colega de posición, Dmitrovic, ante el Eibar, que permitió una victoria vital ante un rival directo.

La cruz de la moneda estuvo en el inicio de la segunda vuelta, coincidiendo con las duras goleadas (casi consecutivas) sufridas ante Real Sociedad, Sevilla o Atlético, y que dejaron algunas dudas y críticas sobre el portero. Sin embargo, un meritorio final de temporada hizo recobrar la esperanza en un arquero con un potente saque de puerta y capaz de ser decisivo desde los once metros.

Como sería de buena su temporada, que pese a esas salidas de tono, el club cadista ejecutaba la opción de compra contra su club de origen, Rosario Central. Cuatro años más de Conan en Carranza (que gran decisión veríamos con el tiempo). La coronación le llegaba con su convocatoria y disputa de los JJOO de Tokio como portero de su selección. ¡Temporada redonda!

Tras esta excelente primera campaña en Europa y en Cádiz el meta argentino se consolida definitivamente en el arco amarillo en nuestra liga en esta campaña.

Partido tras partido iba dejando paradas y salvaciones, muy necesarias para un equipo de la zona baja. Si bien tuvo lunares muy sonados (como les suele pasar a los arqueros) en los que regaló goles al rival (como en casa contra el Alavés, o mucho más sangrante, nada más empezar el choque en el Wanda Metropolitano) pero en general estuvo muy seguro y fiable durante todo el año.

Destacó incluso en algunos partidos en los que su equipo estuvo lamentable sin paliativos, como el último partido de Cervera, en Pamplona (a partir de entonces firmaría una segunda vuelta inmensa). O también cuando el equipo ganaba, a lo que él contribuía, como en la victoria en el campo del Levante, en la que estuvo excelso. Como lo estuvo incluso el día del atraco en Mallorca, donde tuvo que sufrir la acción de aquel penalti inventado. O erigiéndose de nuevo como héroe cuando a la jornada siguiente, otra vez nos pitaban un penalti inexplicable (contra el Celta) supuestamente cometido por él mismo de nuevo, y que el argentino detuvo de forma brillante, dando al menos un punto a los suyos.

Su gran lunar estuvo sin duda en la visita al Wanda, en el que regaló de forma inexplicable el primer tanto a Joao Felix, demostrando una vez más que con los pies no va demasiado bien y tampoco anduvo fino en el segundo, despejando al área.

Se resarció, y de qué manera, en la histórica victoria en el Camp Nou, siendo sin duda el gran artífice de la misma. El arquero estuvo superlativo, desesperando a los Dembelé, Aubameyang, De Jong…ninguno pudo con él. Sin duda, su mejor partido con la elástica cadista en un partido que cambió la suerte de los amarillos para conseguir finalmente la permanencia de la que él fue uno de los grandes responsables.

En la temporada 2022-23 alcanza su cénit como futbolista. Inconmensurable, infinito, tremendo. El mejor jugador de la temporada, y no lo discute casi nadie en el cadismo, que ya es noticia. Solo en la primera jornada (con dos salvadas en dos claros mano a mano ya en el descuento) ya dejó rendimiento (pese a la derrota) como para obtener ese premio.

A partir de ahí, fue sumando paradas y actuaciones estelares. Sería complicadísimo listar aquí todas las tardes de gloria que le dio al Cádiz gracias a sus paradas. Podemos empezar por el empate en casa contra el Villarreal (desesperando a Jackson), en Mirandilla contra el Español (vaya paradón a Puado) o en el mismo sitio contra el Betis. En casi todos los partidos, el argentino da puntos a su equipo haciendo paradas de extraordinario mérito. Destacó incluso en Vallecas (uno de los peores partidos del año) evitando el primer gol con una doble parada que de hacerla otro portero, habría circulado por los móviles y televisiones de medio mundo. Como debería haberla hecho la parada que le hace a Correa desde el suelo sacando una mano en la épica victoria frente al Atlético. Simplemente descomunal.

Tras el Mundial, siguió en la misma tónica. Primer partido tras el parón, y otra exhibición frente al Almería, dejando nada menos que nueve paradas, algunas de ellas de muchísimo mérito, como la última con el tiempo cumplido a Embarba, que lo encaró solo. Ledesma se erige como el portero que más intervenciones realiza de toda la competición. Segundo parón, y otra portería a cero en Valencia, con paradón a Gayá incluido. Otra vez clave para la victoria.

Podríamos narrar cada partido como una obra de arte suya, haciendo casi milagros, como el día del partido en el Sánchez Pizjuán, en el que casi consigue un punto él solito (solo le quedó pararle el penalti a Rakitic) ante la inoperancia de sus compañeros.

En toda su inmensidad y siendo jugador clave, llega el varapalo del día del Getafe. Además de los dos puntos que Hernández Hernández se llevó por delante con dos penaltis de VAR lamentables, el acta del canario al finalizar el partido recoge incidentes que involucran al portero, al que le caen nada menos que cuatro partidos de sanción. En pleno último tercio de campeonato. Como será la cosa, que el club prefiere no apelar la sanción para asegurarse que el argentino estará en la recta final del campeonato. Pero todo el cadismo tiembla de pensar que vamos a estar un mes sin nuestro mejor hombre.

Después de un mes castigado, vuelve en Cornellá, y como si no hubiera pasado nada.¿Cuatro jornadas de inactividad? Pues vuelvo dejando otra vez paradas de ensueño y con la portería a cero (ayudado un poco por los palos, es cierto). Lo dicho, una pieza absolutamente clave en la permanencia de aquella campaña, y como no podía ser de otra manera, empieza a llamar la atención de clubes más grandes, como Villarreal o Betis, que llaman a su puerta.

Por desgracia, para la campaña 2023-24, todo cambió bastante. Como lo hicieron todos sus compañeros. Ni por asomo fue el de la temporada anterior. Y mira que empezó ilusionando con que podría repetir otra campaña épica, con soberbias actuaciones como contra el Alavés en la jornada inaugural o una semana después en la visita al FC Barcelona (donde regaló un recital de paradas).

Todavía ganaba puntos, como hiciera en el campo del Betis, cuando en el tiempo de descuento hizo sendos paradones a Ayoze y sobre todo a Isco (que remató de tacón en el área pequeña, a lo cual el argentino reaccionó con unos reflejos al alcance de pocos).

El argentino va cumpliendo mejor o peor (sus compañeros no le ayudaban mucho) hasta que se lesiona en el mes de diciembre, algo que no le había pasado en ninguno de sus años anteriores, en otra señal de que esta no era la temporada del Cádiz.

Estábamos acostumbrados a ver salvar puntos al guardameta, lo que no vimos venir era que el argentino pudiera darle facilidades a los rivales, como ocurrió en Vallecas con la cantada que tuvo para que Lejeune marcara. Una acción impropia del rosarino, que venía a echar más piedras al hoyo en el que estaba su equipo. A perro flaco…

Pronto se recuperó de nuevo dejando paradones como contra Atlético, Real Sociedad o el mano a mano a Darder contra el Mallorca, pero por más pudiera intentarlo, era imposible incluso para él evitar el anunciado descenso, con el que llegaba también su libertad contractual, que aprovechó para volver a su país y fichar por River Plate.