No hay valoración posible de este futbolista, caído en la desgracia más absoluta. Una verdadera lástima, porque llegaba a Cádiz tras dos temporadas excelentes con el filial del Celta (del que llegó en calidad de cedido), dejando unos registros goleadores muy destacados.

Extremo zurdo de gran velocidad, parecía un jugador llamado a caer como un guante en el esquema de Cervera, ahora que la marcha de Álvaro García abría de nuevo la vacante en esa demarcación.

Debutó con buen pie desde el banquillo en la jornada inaugural contra el Almería, tendría luego unos minutos en el siguiente partido ante el Numancia, y hasta ahí. En la tercera jornada no entra en la convocatoria, y en la siguiente semana, en un entrenamiento, se rompe el ligamento cruzado y el menisco. Operación y duración de larga duración, que el club utilizaría más tarde en su lugar.

Al tratarse de un jugador cedido, regresó a su club de origen.