Central cedido por el Málaga como parte del “trueque” por Diego González (la llegada del excadista a La Rosaleda propició la cesión del venezolano). Llegaba con la vitola de tener internacionalidades con Venezuela, pero lo cierto es que se quedó lejos de cumplir las expectativas.

Le costó muchísimo entrar en juego, teniendo a Servando y Marcos Mauro claramente por delante, y por las llamadas de su selección en septiembre, que le impedían entrar en juego. No fue hasta mediados de octubre que por fin pudo debutar por las lesiones de Servando y Mauro.

Entonces parecía que había venido para quedarse: fue su mejor momento de la temporada y cuajó muy buenas actuaciones. Beneficiado también por las lesiones de los laterales derechos (que desplazó a Servando a esa posición) Villanueva se hizo con una plaza fija en el centro de la zaga durante varias jornadas después de conseguir por fin debutar en liga.

El mes de enero vuelve de nuevo, tras unas semanas de ausencia, a hacerse fuerte en la zaga. Pero cuando el Cádiz empieza a perder su fuelle, él cae con el equipo. Ya comenzada la segunda vuelta, ni contra Córdoba ni contra Alcorcón deja buenas sensaciones, y recuperado Carpio para el lateral derecho (lo que había desplazado a Servando a dicha demarcación), Cervera decide quedarse con el isleño y Kecojevic, relegando a Villanueva de nuevo a la suplencia.

Cervera lo recupera para dos partidos...como lateral zurdo, por delante Bijker y Oliván. A la larga, le hizo un flaco favor el técnico a su jugador con esa decisión. La velocidad no es precisamente su mejor cualidad, y en el puesto de lateral lo pasó muy mal. Primero en casa ante el Lorca falló por no saber incorporarse al ataque de forma adecuada ante un rival claramente inferior.

A pesar de eso, Cervera se empeñó una semana después en repetir experimento en Pamplona, dejando a los laterales zurdos en Cádiz. El partido de Villanueva fue simplemente un desastre total. En un fallo de marcaje cometió la falta que desembocó en el gol de Osasuna que costaba el partido, y encima vio una amarilla. El resto del partido sufrió hasta que el técnico lo tuvo que sustituir. Naufragio total.

Aunque lo que seguramente no se imaginaba el central es que se ahí se acabaría su etapa en el Cádiz. Ni un solo minuto más disputaría, y eso que quedaban trece jornadas por jugarse. Cervera no tuvo ninguna consideración al respecto y terminaba así con la etapa del futbolista en el Cádiz, que al ser cedido y tras dar un rendimiento tan escaso, fue devuelto a su club de origen (el Málaga) en cuanto acabó la temporada.

Foto: portalcadista