Llegaba en el verano de 2017, ya con el Cádiz en Segunda y tras jugar un playoff de ascenso, con la tarea de intentar quitarle el puesto a un Carpio que parecía indiscutible en el mismo. Y así lo fue durante mucho tiempo. Correa se vio relegado a jugar los partidos de Copa y esperar que el salmantino bajara la forma, se lesionara o fuera expulsado. Nada de eso ocurría. De hecho, lo normal es que fuera el jugador descartado de los 19 con los que siempre iba Cervera.

Para colmo de males, justo cuando su “rival” por el puesto caía lesionado en noviembre, él hacía lo propio y no pudo aprovechar la oportunidad. Tuvo que ser duro para él ver como Servando se recolocaba en la que era su posición natural.

Por fin en el duelo copero frente al Sevilla pudo volver a oler el césped y sentirse futbolista de nuevo, aunque acusó mucho su falta de ritmo frente a todo un equipo de Champions. Demasiado para alguien que venía de semanas sin jugar. En la vuelta del duelo copero, donde volvió a tener minutos, volvía a lesionarse. La mala suerte se cebaba con él.

Las semanas van pasando con más o menos normalidad, con Carpio jugando siempre, ya fuera con mejor o peor rendimiento, hasta que llega el partido en el campo del Numancia en marzo. Carpio realiza un partido bastante malo en el que sufrió mucho con su par, y Cervera, que ya sabemos que no se casa con nadie, da un cambio de timón que pocos esperaban. A partir de entonces, se cambian completamente las tornas: Correa pasa a ser el titular en la banda derecha salvo obligación en contra. Por fin le llega su oportunidad, y la aprovecha.

Lo que al principio parecía una prueba de Cervera, una sorpresa, se fue poco a poco consolidando. Pasaron las semanas y la gente dejó de preguntar por Carpio. Correa se había hecho con el puesto y si bien no era un diez en nada, no daba sustos y cumplía para su entrenador. De totalmente inédito, a titular indiscutible.

Por desgracia despidió la temporada de la peor forma posible, con una expulsión totalmente evitable en Granada que mató las escasas opciones que había de remontar ese partido.

Esa expulsión fue una de las pocas razones que lo apartaron al año siguiente de la titularidad. Esta tenía que ser su temporada. Después de terminar como una moto la anterior, el club había fichado a Carmona para doblar su puesto, un futbolista joven que en principio, no debía complicarle la vida. Y no lo hizo. El pacense terminó la liga siendo el futbolista de campo que más minutos disputó, y solo superado por Cifuentes en el global. Campaña de grandísimo nivel.

Tras salvar un partido de sanción que arrastraba de la temporada anterior, fue titular en la segunda frente al Numancia, y a partir de ahí, casi de forma ininterrumpida. Doblaba a su extremo, defendía, no cometía errores de bulto. Si el lateral zurdo fue una pesadilla para Cervera, el derecho fue pan comido para el técnico, totalmente resuelto por Correa.

Intercambiando tardes absolutamente brillantes (las más, como el día del 5-1 frente al Elche) con otras no tan excelsas, lo cierto es que cumplía de sobra en defensa, y que en ataque se incorporaba con acierto manteniendo un buen equilibrio entre ambas parcelas. Un seguro de vida con el que Cervera no dudó un segundo.

Solo dejó de disputar dos partidos, uno de ellos por lesión, y el otro, por el único lunar que tuvo en sus dos años como cadista, y fue el famoso incidente del parking. Por mucho que Cervera quisiera protegerlo en público, esa semana se lo cargó mandandolo a la grada en el partido en Carranza contra el Zaragoza, para recuperarlo luego y disputar el resto de jornadas que quedaban hasta el final como titular. Mensaje transmitido y recibido, y a jugar, que para eso el mejor lateral derecho de la plantilla. Una semana después, volvía al once en Las Palmas y firmó una actuación otra vez brillante en una victoria tremenda. A lo suyo.

En resumen, una temporada brillante la segunda suya en Carranza, donde además de cumplir en defensa se mostró y mucho en ataque.

Finalizada la campaña anuncia enseguida su marcha de la entidad amarilla, dejando sin responder una oferta de renovación del club, dadas las pésimas relaciones entre su representante y Vizcaíno.

Foto: portalcadista