Llega al Cádiz habiendo jugado toda su carrera en Segunda B con diversos clubes. El último, el Villarreal B, del que procede, y con el que ha jugado un playoff de ascenso.
Muy alto, es potente en el juego áereo, contudente y fuerte, en todas las temporadas en las que estuvo en el Cádiz, estuvo siempre discutido o nunca terminaba de alzarse con el puesto de titular indiscutible, pero siempre acababa jugando y contando para Cervera, antes o después, hasta que las malditas lesiones, que fueron demasiadas en su caso, se cruzaban en su camino. Muchos veranos sonaba su nombre como posible salida, y con las mismas, cual ave fénix, resucitaba para quedarse y demostrar que podía darle mucho a su equipo.
Llegó en su primera temporada convenciendo al técnico para ser la pareja que debía acompañar a Servando (que parecía fijo) en el eje de la zaga. No se le veía nada espectacular pero cumplía en defensa, que no es poco para la categoría. Jugó siete de las primeros ocho partidos completos, pero se lesionó en el duelo en casa contra Osasuna (el de los famosos tres penaltis fallados) y lógicamente, otros compañeros ocuparon su lugar.
Pero lo que las lesiones le quitaron, se lo devolvieron luego. Cuando parecía que estaba condenando a ver como Servando hacía pareja con Kecojevic, llegaron las lesiones de los laterales derecho (de hecho fue él quien salió en El Molinón a sustituir a Carpio) y el capitán pasó al flanco diestro, dejándole al argentino la puerta abierta para recuperar su sitio en el centro de la zaga. Tan contento, Mauro se asentó en la defensa en el momento más dulce de toda la temporada.
Pero fue llegar 2018 y perder su buena estrella. Se volvió a lesionar y Carpio volvió a estar disponible. Así que cuando Cervera tuvo a su defensa fija, le costó mucho volver a entrar en el equipo, con Servando y Kecojevic prácticamente indiscutibles.
Cervera le dio la responsabilidad en algunos encuentros, por delante incluso de Servando (frente al Lorca) y el argentino cumplió como siempre, pero con las mismas el técnico lo volvía a relegar a la suplencia.
Su segunda campaña en Carranza fue otra temporada aceptable del argentino, sin grandes alardes ni grandes errores. Empezó contando como titular para Cervera en el inicio liguero, con muchas dudas y actuaciones que dejaban más dudas aún en la afición, como en Mallorca. Una pequeña lesión le apartó durante algunas semanas, pero luego volvió para hacerse con la titularidad.
De hecho fue, junto con Sergio Sánchez, el central que guardó la zaga en la racha que catapultó al equipo a final de 2018, permitiéndose incluso marcar algún gol. Estuvo seguro, expeditivo y sin florituras, justo lo que se le pedía.
Quitando algún partido de sanción el argentino continúo siendo inamovible en el eje de la zaga, llegando incluso a ayudar a los suyos con algún gol.
Le iba bien la cosa al argentino pero en febrero caía lesionado y lo que parecía que iba a ser un leve contratiempo, terminó siendo su tumba deportiva para el resto de temporada (sólo jugó dos partidos más). Parecía que se recuperaba y volvía a jugar contra el Córdoba aprovechando la lesión de Sergio Sánchez, pero volvió a caer lesionado. Lo dicho, se perdió casi la segunda vuelta entera.
El verano de la temporada del ascenso, tenía un pie y medio fuera del equipo en la pretemporada, pero finalmente se terminaría quedando, para darle la razón a su entrenador, que se empeñó en su concurso. Tardó en debutar por unos problemas físicos, pero cuando lo hizo, fue para ayudar a su equipo a conseguir más victorias, como la de Racing.
Se estableció como central junto con Cala, por delante de sus otros compañeros. Solo expulsiones (como la de Almería) le sacaban de las alineaciones (como siempre, Cervera se cobraba estos errores mandando a los jugadores a la nevera).
Le iban bien las cosas hasta que cae lesionado en Tenerife. Lo que en principio parecía que sería poca cosa, se terminó alargando (con varias recaidas) nada menos que casi tres meses (curioso que reapareciera en el otro estadio de Canarias).
A pesar de esto, no terminó de asentarse en el equipo y Cervera le iba rotando con sus otros compañeros. El hecho de que se negara a aceptar la renovación que le ofreció el club seguramente también le perjudicó. Alguno pensaría que se estaba borrando. Pero un defensa argentino, es un defensa argentino.
Renovó su contrato para el mes de julio y así terminar la temporada, y cuando llegó la hora de la verdad, el argetino volvió a erigirse como pilar en la defensa en los partidos clave. Estuvo en la recta final de la liga, y sus actuaciones ayudaron a sumar los seis puntos vitales frente a Oviedo y Extremadura que a la postre serían definitivos, ahorrándose el bochorno de los dos últimos encuentros.
Cuando todo apuntaba a la despedida, saltó la noticia de la renovación del zaguero, para alegría de una afición que ya le idolatraba como uno más de la banda.
Si Marcos sonaba cada verano como posible baja, no se podía esperar otra cosa en el año del triunfal retorno a Primera. Cuatro son las temporadas que ha cumplido ya Marcos Mauro en el Cádiz CF. El argentino ha vuelto a demostrar, una vez más, como ha venido haciendo en todo este tiempo vestido de amarillo, que es capaz de realizar un buen trabajo sin alzar la voz. Casi siempre con un papel discreto pero muy necesario.
Si bien es cierto que Marcos Mauro siempre suele partir como tercer o cuarto central en la máxima categoría, también lo es que el argentino siempre acaba jugando un buen número de minutos. Esta temporada han sido 1.875 minutos (todos en la competición liguera) junto a Cala o Fali. Tiempo más que suficiente para reivindicarse e incluso marcar dos goles en el Ramón de Carranza ante Valencia (este era casi el que certificaba la permanencia en Primera) y Huesca. Un apartado este último en el que iguala sus registros de las dos últimas temporadas.
Hasta que llega ya la maldita campaña 2021-22, en la que, aquí sí, tiene que hincar la rodilla. Otra vez se le trae competencia para el puesto (en este caso, Haroyan y Chust) y esta vez sí, Marcos Mauro se queda totalmente fuera de juego. Cervera apostó o bien por la pareja anteriormente reseñada, o bien por la formada por Cala y Fali, quedando él como quinto central, y viendo casi todos los partidos desde el banco o la grada, relegado a disputar solo la Copa.
Quiso el destino que se despidiera de forma heroíca: jugando su partido número 100 con la camiseta amarilla, y haciéndolo en el Santiago Bernabéu, en el que ingresó a pocos minutos del final, para ayudar a sostener el histórico empate conseguido en el coliseo blanco.
Semanas después, ya en 2022, se anunciaba ya oficialmente lo que se sabía desde hacía más, su rescisión y marcha al Juárez de México.
Foto: portalcadista
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CREACIÓN FICHA: 13/07/2017
ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN: 07/07/2024
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