Criado en la cantera del Atlético de Madrid (donde evoluciona desde alevines hasta su segundo equipo filial, el "C", con el que juega en Tercera dos temporadas), de ahí pasa al Leganés, con el que celebra dos ascensos en tres años.

Es difícil evaluar la campaña del lateral zurdo con el Cádiz. Sin duda sobrepasado por Brian Oliván, que le arrebató el puesto la mayor parte del campeonato, no tuvo suerte con las lesiones, que se le cruzaron en los momentos más inoportunos.

El onubense, sin embargo, tuvo su oportunidad. Ante la ausencia de competencia en el puesto al iniciarse la liga, era la única alternativa. Pero tuvo la mala suerte de lesionarse nada más empezar, y esa lesión se alargó más de lo esperado. Tiempo suficiente para que Oliván le comiera la tostada y se situara como titular en el lateral izquierdo.

El destino quiso que luego se intercambiaran los papeles y fuera su compañero y rival en el puesto, Oliván, quien cayera lesionado, abriéndole las puertas de la titularidad durante cuatro jornadas consecutivas, que coincidieron además con la resurrección del Cádiz (iniciada en Lugo). Parecía que estaba en el momento exacto en el sitio justo. Hizo muy buenos partidos, como contra Huesca o Levante. Cuando mejor le están yendo las cosas, sufre una lesión en casa frente al Alcorcón, que esta vez sí, le iba a costar la temporada. Tardó nada menos que 17 jornadas en volver a tener oportunidad de saltar al césped. Y ya sólo lo haría para dar aire a Oliván de cara a la fase final del campeonato.

Su salida por tanto, más considerado que su contrato expiraba al fin de su primera y única temporada en Carranza, fue de las primeras en confirmarse.