Portero que llega al Cádiz con mucha trayectoria, pero sin haber conseguido, en ninguno de sus equipos anteriores, haberse erigido como protagonista.

Criado en la cantera del Villarreal y posteriormente en el Getafe, en 2007 ficha por el Numancia, donde está tres años, primero con el filial, luego con el primer equipo. De aquí da el salto al Real Madrid, con cuyo primer equipo llega a debutar oficialmente, aunque de forma testimonial. Sí disfruta de minutos con el Castilla, aunque en Segunda B. Con el filial merengue también juega en la categoría de plata, aunque con menos presencia bajo los palos.

Ante la falta de minutos marcha en 2014 al Levante, donde tampoco juega demasiado. Al año siguiente, y ante la ausencia total de partidos, marcha en el mercado invernal al Granada, donde también le toca vivir los encuentros desde el banco.

Le tocó ser portero suplente. El debate sobre quien debía ser titular solo estuvo realmente en la prensa. Seguramente Cervera lo tuvo claro desde un principio. A pesar de bajar un escalón a Segunda, de nuevo tuvo que asumir el rol de portero llamado solo a la Copa (que para colmo, se acabó pronto) y cuando mediara lesión o expulsión, que no fue el caso. Así pues Jesús solo pudo defender el marco cadista tres partidos (los de Copa más que el sobró de liga en Valladolid), aunque el guardameta pudo disfrutar su momento de gloria: fue el protagonista absoluto de la primera ronda copera frente al Levante.

El duelo acabó en empate y se hubo de llegar a la tanda de penaltis. Ahí, el arquero detuvo hasta tres lanzamientos que permitieron el pase del equipo amarillo a la siguiente ronda. Se ve que no fue casualidad: también detuvo otra pena máxima en el citado duelo liguero en Valladolid. Todo un record para los pocos minutos de que pudo disfrutar.

Tuvo que esperar hasta la última jornada en la que el playoff estaba en la buchaca para volver a tener una oportunidad. Lejos de mostrarse apático o acusar la inactividad, el madrileño firmó una actuación sobresaliente, demostrando que tenía cualidades y que bien podría haber sido él también el arquero durante la liga. Verdadera mala suerte cruzarse con un Cifuentes en estado de gracia.

Bien fuera porque llevaba ya varias temporadas en ese rol, bien porque sospechara que en la nueva campaña le iba a tocar otra vez ir al banco, en verano, y pese a tener contrato en vigor, decide romper su relación con el Cádiz y firmar por la Cultural Leonesa, recién ascendido a la categoría de plata.