Pasó por las canteras del propio Cádiz, Real Madrid, Betis y luego San Fernando, para ser fichado de nuevo por el club amarillo en el verano de 2012, con tan sólo quince años.

Aunque se habla entonces de que ficha por el primer equipo, lo cierto es que aún le falta técnica y sobre todo cuerpo para bregar con los centrales de Segunda B. Pasa dos años en el filial amarillo, hasta que en la campaña 2014-15, consigue ya debutar en partido oficial, acumulando algunos minutos en duelos de la Copa del Rey. En enero de esa temporada es cedido al Avilés, donde a pesar de tener a su valedor Barla en el banquillo, juega poco.

Llega de nuevo en verano de 2015 a la Tacita, donde esta vez sí, parece que está llamado a tener un rol más importante en un equipo que tras el fracaso del no ascenso frente a Oviedo y Athletic B, ve como su tripleta ofensiva se marcha al completo. Cual es la sorpresa cuando semanas después, el club le rescinde el contrato. El motivo oficial es por bajo rendimiento. El presidente declara que "Jose Mari ha sido una inversión que ha costado mucho dinero al Cádiz".

A partir de ahí, todo se lía: el jugador pide 6 millones de compensación, se va a juicio...Lo cierto es que al isleño le quedaba aún un año con la entidad cadista, y se estaba pensando en renovarle para luego cederlo, algo que parece que no le cuadraba al futbolista.

Otra historia más de un joven de la provincia que por los motivos que sea, no consigue aportar al equipo cadista lo que necesita de sus canteranos.