Estas cosas pasan de vez en cuando, aunque por desgracia en el Cádiz, viene siendo demasiado habitual.

Centrocampista diestro con mucha proyección ofensiva, de último fase, de inventar cosas diferentes. Típico jugador con mucha clase que puede pasar desapercibido un encuentro entero, pero que en un minuto, con una genialidad, le da la vuelta al choque. En el debe, su poca aportación en la parcela defensiva.

Tras comenzar en los equipos inferiores de Estrella CF y Las Palmas, llega a la cantera del RCD Espanyol siendo muy joven, en categoría cadete. En el club catalán iría avanzando peldaños hasta llegar a su filial en la campaña 2009-2010, en Segunda B.

A partir de aquí, comienza un diverso peregrinaje por varios equipos, siempre en la categoría de bronce, todos de ellos con rendimiento bastante discreto, hasta que llega a Hospitalet en 2013. Aquí se haría un jugador importante, y disputaría aquella promoción de ascenso que casi mete al equipo catalán en Segunda, y que como recordarán muchos aficionados, empezó eliminando al propio Cádiz.

Muy poquito habría de durar su relación con el club amarillo. Como venía ocurriendo en Carranza en los últimos años (ahí están los casos de Sipo, Sergio Ortiz, etc...) se producía un exceso de fichas de mayores de 23 años, y tocaba elegir un descarte. Claudio señaló al grancanario, al que le tocaba buscarse, pese a participar en el Trofeo Carranza, nuevo equipo para la campaña que estaba a punto de comenzar. Desde el primer minuto el jugador insistió en regresar a la Balona, donde tan bien le había ido el año anterior, y finalmente, las tres partes pudieron ponerse de acuerdo en la misma semana que comenzaba la competición.

Al verano siguiente, historia similar. El jugador vuelve a Carranza para empezar la pretemporada con el que es su equipo. Pero Cervera, con el Cádiz de regreso al fútbol de plata, no cuenta con él. Así que empieza de nuevo la negociación hasta que finalmente, se consigue la rescisión de su contrato, y el mediapunta ficha, adivinad, de nuevo por la Balona. En definitiva, tantas vueltas para acabar en el mismo sitio. Ni un solo minuto oficial con la camiseta amarilla.

Foto: cadistasfinos.com