Empezó en el modesto club del Lealtad, para luego ser criado futbolísticamente en la cantera de Mareo, y posteriormente dar el salto, en edad cadete, a los escalafones inferiores del Real Madrid. Pasó por los diferentes juveniles, y llegó a jugar en el Madrid C.

En el verano de 2012 ficha por el Deportivo B, con el que disputa la fase de ascenso a Segunda B, que pierde frente al CD El Palo. Y un año después llega al Cádiz, para cubrir una de las plazas sub23 a que está obligado el club.

Desde el primer momento queda claro que Alonso llega al Cádiz a ser portero suplente. Raúl Agné no le da bola en detrimento, primero de Alejandro, y posteriormente, de Sergio Aragoneses, cuando se produjo aquel relevo, todavía hoy difícil de entender, en la portería cadista. Sin embargo, su paciencia tuvo premio cuando a cuatro jornadas del final, su compañero Aragoneses se lesiona. Lo que parece algo de pocos días se va complicando, de forma que Ricky tiene oportunidad de mostrar sus cualidades, justo en el momento más importante de la temporada, el último tramo de la liga regular. Tan bien lo hace, que Calderón lo mantiene los cuatro últimos partidos de liga, en los que el Cádiz mete la directa para colarse al menos como cuarto clasificado. El arquero asturiano sólo encajó dos tantos en 360 minutos. 

Pero al llegar al playoff, el técnico gaditano vuelve a cambiar de parecer, y manda otra vez al banco a Alonso. Ya sabemos, que, por desgracia, no tuvo tiempo de ayudar mucho al equipo, que a las primeras de cambio, quedaba apeado de la lucha por el ascenso.

En su segundo año en Carranza, de nuevo le toca bailar con la más fea. Y esta vez, la cosa es seria. Porque el año anterior, todavía tuvo su oportunidad ante el baile de porteros que se produjo, pero en este, Aulestia, que ya conoce de sobra la entidad y el equipo, llega muy fuerte, imposible toserle.
Parece que al menos tendrá oportunidad en la Copa, pero ni por esas. Tras disputar las dos primeras rondas frente a San Roque de Lepe y Lealtad, cuando llega el partido decisivo en La Línea para obtener el pase a enfrentarse con un equipo ‘europeo’, Calderón escoge de nuevo al vasco, relegando a Alonso a la suplencia nuevamente.

Por fortuna para él, cuando llega el duelo frente al Villarreal, y ya con Claudio en el banco, éste decide repartir de nuevo los minutos, y Alonso puede volver a ponerse los guantes, y hacerlo además frente a un rival de postín. La cruz de esa moneda es que sería algo muy pasajero, pues como era de esperar, el equipo castellonense apea al gaditano del torneo del KO, lo que cercena sus posibilidades de jugar.

Aunque su peor momento estaba por llegar. Con la liga regular dando ya sus últimos coletazos, y quedando claro que los amarillos van a ser campeones, Claudio se atreve a colocar a Ricky en el campo del Lucena, un terreno de juego pequeño y que va a requerir de muchas salidas. Por desgracia para él, falla clamorosamente en los dos goles que encaja el equipo y que lo condenan a caer, otra vez más, derrotado en el coliseo cordobés.

Claudio le retira la confianza, aunque vuelve a alinearlo en la última jornada, un desplazamiento lejos de Cádiz, en el que ya matemáticamente no hay nada en juego. De nuevo, el guardameta sale malparado del trance. El equipo, plagado de canteranos, no da la cara, y él vuelve a estar muy fallón, especialmente en el primer gol, una salida espantosa a por uvas.

El portero aún tiene contrato para el curso siguiente, pero a finales de julio, el club anuncia que ha rescindido el mismo, y que el jugador deja de pertenecer a la disciplina cadista.
 

Ha sido internacional sub17