Otro de los jugadores que llegó en el mercado invernal de la campaña 2012-13 para arreglar el tremendo desaguisado que entre directiva, entrenador y jugadores, habían preparado, con el equipo filtreando demasiado con el ascenso.

A pesar de ser un nueve puro, posición en la que hizo excelentes números goleadores con la Gimnástica de Torrelavega, club del que procedía, y con la que se proclamó pichichi de su grupo, Agné lo puso muchas veces en la banda izquierda, para dejar hueco en el centro a Peragón.

En cualquier caso, sin grandes acrobacias, siempre cumplió cuando salió al terreno de juego. Disputó casi todos los choques desde que se produjera su fichaje, alternando, eso sí, entre el once inicial y el banquillo, del que salía posteriormente en las segundas partes.

Salvado el descenso, y renovado Agné, el delantero ovetense era uno de los pocos elegidos para continuar en la disciplina amarilla, pues aún le quedaba un año de contrato. Todo iba sobre ruedas, hasta que empezaron los problemas físicos de Jorge Luque. Estos hicieron recapacitar al entrenador, que finalmente abortó la salida de Fall, que era, en primera instancia, el elegido para abandonar el club, en forma de cesión, pues el club había agotado ya toda sus fichas para jugadores mayores de 23 años.

Con Fall teniendo ficha asegurada, sobre otro hombre, y pronto sale a la palestra el nombre de Carlos Álvarez. Su no convocatoria para el partido inaugural de liga en San Fernando termina de confirmar las peores sospechas. Pocos días después, se anuncia de forma oficial su adiós como jugador amarillo, para recalar en el Leganés.