Llega al Cádiz en el mercado invernal de la campaña 2012-13. La necesidad de su fichaje es acuciante. El equipo hace aguas por todas partes, y de pasar a ser candidato al ascenso, a estar empezando a ver las orejas al lobo del descenso.

Tal y como llega, se pone a las órdenes de Agné, que lo alinearía titular en casi todos los partidos que restaban de temporada. Josete, central zurdo, se muestra fuerte y agresivo, con un tremendo poderío físico, y que va muy bien de cabeza. No aporta mucho en el plano ofensivo, pero en el mundo de los ciegos que era el Cádiz aquel año, el tuerto era el rey.

Al año siguiente, Josete terminar de consolidarse en Carranza. De los 40 partidos que habría de disputarse, el ilicitano habría de disputar 39, todos de ellos de titular, la inmensa mayoría; completos. Ni los fichajes invernales como el de Tena, competencia directa, le apartan lo más mínimo de la titularidad. Cuando no actúa de central, lo hace de lateral izquierdo. Con ambos entrenadores: tanto Agné como Calderón lo consideran absolutamente fijo e indispensable.

En un Cádiz cambiante hasta lo ridículo cada año, Josete sigue acumulando veranos. Cuando de nuevo en 2014 llega el huracán Pina a la configuración de la plantilla, Josete se gana por méritos propios seguir en el plantel. Igual que el año anterior, el central ilicitano, un portento físico que no lesiona ni aunque le disparen, es absolutamente insustituible en el centro de la zaga, donde siempre cumple, donde jamás da un susto, jamás se esconde. Ni un solo parroquiano de Carranza se atreve siquiera a sugerir que no sea alineado de titular. Como si de un portero se tratara, juega todos los minutos de liga, en una sociedad que sería fija todo el año con Servando.

Y así parecía que iba a ser toda la temporada, pero un golpe del destino, habría de hacerle probar el amargo sabor de la suplencia. El zamorano es sancionado por acumulación de tarjetas justo cuando se produce el cambio de entrenador. Claudio alinea a su rival por el puesto, Arregi, en la copa frente al Villarreal y frente al Lucena. El vasco se defiende, y cuando llega el partido siguiente, ya limpio de tarjetas…¡sienta en el banquillo a Josete! Ni problemas físicos, ni gaitas. Decisión técnica. Ante el excelente rendimiento del equipo en Cartagena, el entrenador decide no hacer cambios, y mantiene a Arregi en la zaga, en detrimento del que hasta hacía un par de semana, parecía absolutamente intocable y que no se había perdido ni un solo minuto de competición. Ver para creer. Pero el equipo está en su mejor momento del año, y nadie osa levantar la voz.

Fue algo meramente temporal. Después de tres semanas, Josete volvería al centro de la zaga, de la que ya no saldría en toda la temporada. Liga y copa. Pero llegó el playoff, el maldito playoff, y como todo el equipo, su rendimiento de repente, cayó en picado. Del central seguro de las tres últimas temporadas, a un zaguero timorato, que entrega el cuero a los rivales sin contemplación, que deja pasar balones que antes no llegaban nunca a su destino. Con todo, Claudio lo mantiene contra viento y marea. Se perdió el desastre de San Mamés, al lesionarse en el calentamiento. A saber qué habría pasado si hubiera estado él, aunque lo más seguro es que el equipo naufragara igualmente. Pero como pasaría con casi todos los jugadores, algo se quebró en ese mes de junio.

La campaña siguiente, tras renovar ese verano (en el que vuelve a haber otra pléyade en el equipo), parte de nuevo con todas las papeletas para ser titular, y así es. En apariencia. Porque ahora sí, Claudio empieza a dar muestras de no confiar tanto en él. Lo cierto es que muestra más fallón que lo que venía de antaño. Como decimos, el playoff de 2015 dejó marcado a muchos jugadores. Poco a poco, sin hacer ruido, Aridane se va a haciendo más y más grande, y de repente, el melenudo zaguero le va quitando el sitio. 

Cuando el club anuncia el alta de Migue, todos los focos le señalan a él como posible descarte. Demasiados centrales en el plantel. En pocos días, de titular indiscutible, a posible descarte. Descarte que se termina confirmando cuando se anuncia su marcha a todo un Real Oviedo, en Segunda División y con aspiraciones de más.

Se marchaba así uno de los defensas con más partidos en el club en los últimos tiempos, que incluso llegó a entrar en el ranking de jugador con más choques disputados en la categoría de bronce en toda la historia de la entidad.