Comenzó su andadura en diversos equipos de escalafones inferiores de Madrid, entre ellos, el San Blas, del que pasó, posteriormente, a la cantera del Rayo Vallecano, con el que llegó a jugar en Primera División.

Llega al Cádiz en diciembre de 2012, petición expresa del nuevo entrenador, Raúl Agné. La incorporación fue posible en esas fechas porque el futbolista se encontraba en paro en ese momento. En septiembre, el Nastic de Tarragona le rescindió el contrato, después de que las relaciones entre club y jugador se vieran seriamente afectadas por las críticas de este a los retrasos en el cobro de las nóminas.

A pesar de su veteranía y de no haber competido en la primera mitad de liga, al poco de llegar se hace con un puesto en el once, y menos mal. Sus goles y asistencias en el tramo final de liga fueron imprescindibles para que el Cádiz salvara, de aquella manera, la categoría en un año para olvidar. Su gol en Sanlúcar, en la penúltima jornada, resumen muy bien su actitud: disparo desde fuera del área, sprint para recoger su propio rechace y remachar el primer tanto que pondría el partido en cauce para certificar la victoria.

Tanto el club como el entrenador parecían querer que el jugador se quedara (no digamos la afición, que casi lo exigía como obligatorio) pero al final no hubo entendimiento entre las partes, y el jugador regresó a su tierra natal para inscribirse con el recién ascendido Puerta Bonita.

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