Como jugador tuvo ya una intensa trayectoria: jugó cinco temporadas en el Celta, tres en el Betis, una como cedido en Extremadura, otra más (también cedido) en Almería, Portuense y Melilla, donde se retiraría.

Como entrenador, su carrera fue también muy dilatada: comenzó entrenando al Melilla, para dirigir a otros equipo como Écija, dos temporadas en Riotinto, Jerez Industrial, Balona Linense, el propio Cádiz o el Almería.

En el equipo amarillo marcó una época, tras permanecer cuatro temporadas consecutivas en Carranza (record de mayor tiempo consecutivo al frente del Cádiz). Apuesta personal del presidente Márquez Veiga (a pesar de que su bagaje como entrenador era aún escaso antes de recalar en Cádiz, el presidente lo firmó por cinco temporadas), realizó un gran trabajo, pero nunca pudo pelear de verdad las plazas del ascenso.

Más bien, se despidió de la peor forma posible, con un descenso a Tercera, tras catorce campañas consecutivas en la categoría de plata, lo que le impidió cumplir la totalidad de su larguísimo contrato. No obstante, el presidente jamás le retiró la confianza, que mantuvo intacta hasta la última jornada.