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Machicha

El Cádiz, como viene ocurriendo en los últimos años, no siempre adoleció de delanteros natos, goleadores con instinto asesino. Hubo un tiempo en que Carranza disfrutó de grandes “killers” del área, a uno de los cuales recordamos hoy: Machicha. El gallego llegó al club casi de rebote, y sin embargo, terminó convirtiéndose en uno de los jugadores que más goles ha promediado en sus temporadas con la camisola amarilla, y como muchos otros, uno de esos gaditanos que nacen donde quieren

Con el Cádiz en Vallecas (71-72)

 

 
EQ. TEMP. EQUIPO CAT PJ G
61-62 MARÍN 3ªDIV. 23 8
62-63 ALONDRA 3ªDIV.
63-64 FABRIL 3ªDIV.
64-65        
65-66        
66-67 COMPOSTELA 3ªDIV.    
67-68 COMPOSTELA 3ªDIV.    
68-69 VALENCIA 1ªDIV. 9 1
69-70 GRANADA 1ªDIV. 20 0
70-71 BETIS 2ªDIV. 26 8
71-72 CÁDIZ 2ªDIV. 37 17
72-73 CÁDIZ 2ªDIV. 36 18
73-74 CÁDIZ 2ªDIV. 25 5
74-75 BURGOS 2ªDIV. 29 13
75-76 BURGOS 2ªDIV. 3 1

 

Ángel Iglesias Domínguez, o mejor dicho, Machicha, como le conoce toda la afición futbolística en general y la cadista en particular, vino al mundo en Vigo, el 25 de abril de 1943. Machicha prueba bien a las claras las leyes de Mendel: tanto su padre como su tío fueron también futbolistas (principalmente en el Celta), a los que le debe en parte su pasión por el balón y sus cualidades a la hora de manejarlo, amén de haber heredado el sobrenombre con el que es recordado en los campos de fútbol. Así da gusto comenzar una carrera futbolística.

Y es que como decimos, Machicha respiró fútbol en su casa desde muy pequeño. Su padre, tras retirarse como jugador en activo, fue contratado por el club vigués para llevar a cabo el mantenimiento de Balaídos, de forma que la familia Iglesias vivía muy próxima al estadio celtiña. Como es de suponer, el pequeño del clan enseguida tuvo acceso al mundo del balompié. Un día que este se encontraba jugando con el balón en el césped de Balaídos, fue avistado por Alejandro Scopelli, a la sazón, técnico del cuadro celeste, y lo enroló en el equipo infantil que el italiano estaba montando para fortalecer la cantera de los vigueses.

Machicha fue quemando etapas en las categorías inferiores del Celta, esperando siempre con impaciencia los domingos en los que el primer equipo actuaba como local, ya que era entonces cuando los pequeños tenían sus minutos de gloria, jugando una hora antes de los profesionales en el coliseo celtiña.

 

Titular con el Marín (61-62) Titular con el Marín (61-62)

 

Sin embargo, cuando su etapa como juvenil iba llegando a su fin, Machicha vio que sus oportunidades para dar el salto al primer equipo iban a ser muy escasas, y ante las pocas opciones que tenía ante sí, decidió, muy a su pesar, abandonar la que había sido, literalmente, su casa durante muchos años, y buscó suerte por otros lares.

A partir de aquí, comienza una etapa titubeante de Machicha que daba a pie a pensar en cualquier cosa menos en que pudiera llegar a ser el gran delantero en el que terminaría por convertirse. Su primera oportunidad le llegó en el Marín, al que llegó con 17 años, y que entonces jugaba en Tercera División (cuando ésta era la división de bronce del fútbol español). Un año después militó en el Alondra, en la misma categoría. Aquí llamó la atención de los ojeadores del Deportivo de La Coruña, que al concluir la temporada, lo ficharon con un contrato de dos años.

Tras una primera exitosa campaña en el filial deportivista (el Fabril), la vida estuvo a punto de apartarlo para siempre de los terrenos de juego. Un médico del club coruñés le detectó una infección en los ganglios, y se le comunicó que tenía que dejar el fútbol, negándosele el derecho a continuar ejercitándose con el Fabril. Machicha sin embargo no se dio por vencido, y continuó entrenándose en solitario, durante casi año y medio. Cuando la esperanza y la fe empezaban a flaquear, la fortuna se reconcilió con él: el médico que trataba y monitorizaba su enfermedad era, a su vez, directivo de la SD Compostela. Viendo que el muchacho estaba recuperado, que su afán de superación era imbatible, y que tenía calidad de sobra para jugar, decidió darle una oportunidad, pese a su periodo forzado de inactividad.

Nuevamente en Tercera, Machicha no desaprovechó la ocasión, y contribuyó, en su primer año, a que el club compostelano alcanzará la promoción a Segunda, quedándose a las puertas del salto a la categoría de plata. Con su enfermedad y su parón ya totalmente olvidados, Machicha, en su segunda temporada en el Compos, se erigió ya como un futbolista pleno, un delantero nato, y clubes importantes empezaron a seguirle la pista. Uno de ellos fue el Valencia, que por orden de su entrenador, el vasco Edmundo Suárez, terminaría por hacerse con sus servicios. El gallego veía así, por fin, cumplido su sueño de dar el salto al fútbol de élite, todo un Valencia de Primera División, que por aquel entonces tenía un grandísimo equipazo plagado de figuras internacionales como Claramunt, Ansola, Sol, etc….

 

 

Marcando de cabeza (71-72) Rayo - Cádiz (71-72)

 

Sueño que se materializa oficialmente el 15 de septiembre de 1968, en la primera jornada de aquella temporada, en la que Machicha debutó en la máxima categoría, siendo titular y jugando todo el partido con el equipo che. Curiosidades del destino, aquel debut fue contra el Pontevedra a domicilio, es decir, en la provincia donde nació el jugador, a muy pocos kilómetros de su casa. Su primer gol llegaría sólo siete días después, frente al Granada, contribuyendo así a la victoria de su equipo en casa por 4-1.

Como podemos observar, el comienzo de Machicha en el club blanco fue prometedor, pero se pronto se torcieron las cosas. Tras la quinta jornada, el técnico valencianista, “Mundo”, su principal valedor, es cesado, y entra a sustituirle Joseíto, comenzando una particular relación que se establecería entre ambos, no muy amigable que digamos, y que curiosamente, como veremos más adelante, duró varios años. El delantero desapareció de las alineaciones durante diez jornadas, hasta que consiguió ganarse de nuevo la confianza del técnico, para terminar disputando nueve partidos completos aquella temporada.

Al término de la misma, las fricciones entre técnico y jugador eran más que evidentes, y el jugador pide ser traspasado. Es así como Machicha llega al Granada, tras entrar en la operación que llevaría a Barranchina en la dirección opuesta. Su actuación en el cuadro rojiblanco (también en Primera División) es más que aceptable, y a pesar de no anotar ningún gol aquella temporada, su rendimiento fue notorio.

Machicha se las prometía muy felices en Granada (donde aún le restaban dos años más de contrato), hasta conocer que Joseíto había sido elegido como técnico del cuadro andaluz. El futbolista, ante la que se le venía encima, apenas tardó unas horas en hablar con su presidente para que le consiguiera una cesión. Ésta llegó del Betis, donde la marcha de Quino abrió una vacante en la punta del ataque verdiblanco. Machicha veía la oportunidad como un arma de doble filo, ya que sabía que la afición bética, después de haber disfrutado de un delantero de la talla de Quino, iba a mirar con lupa al que llegara en su lugar. Pero aún así aceptó, ya que esto le pareció una minucia ante la perspectiva de ser condenado al ostracismo por Joseíto.

Esta vez sí, Machicha explotó como el delantero en que terminaría convirtiéndose. El vigués fue uno de los puntales básicos del ascenso del cuadro hispalense aquella temporada, haciendo ocho dianas.

 

 

Autógrafo temporada 72-73 Elche - Cádiz (72-73)

 

Concluida la temporada, llegaba el turno de regresar a Granada, donde continuaba Joseíto de entrenador, por lo que tocaba buscar una nueva salida, esta vez definitiva. El Cádiz llamó entonces a su puerta, pero Machicha no lo vio claro. Por aquel entonces los amarillos estaban lejos de ser aún un equipo que aspirara a Primera División, y el gallego sentía que era dar un paso atrás en su carrera, ahora que por fin había explotado. Para evitar su fichaje, puso encima de la mesa unas grandes exigencias económicas, convencido de que el club gaditano no podría satisfacerlas. Cuál fue su sorpresa cuando se encontró el OK de la directiva cadista, no quedándole más remedio que aceptar. El mismo jugador recuerda cómo fue su llegada a Cádiz: “pedí un dinero que parecía imposible, y me quedé de piedra cuando me lo concedieron. Recuerdo que entré en Cádiz atravesando el puente con lágrimas en los ojos, porque no quería irme allí. Cuando tres años después crucé otra vez ese puente para abandonar Cádiz, lo hice de nuevo con lágrimas en los ojos, también de tristeza, ya que hubiera dado cualquier cosa por quedarme allí a vivir para siempre”.

Machicha firmó por tres años, y seguramente ni él, ni los que lo ficharon, ni tampoco la afición, esperaban que el gallego se convirtiera, al cabo de ese tiempo, en uno de los delanteros más importantes en un siglo de historia amarilla. En su primera temporada como cadista, la 71-72, y pese a que ésta fue pésima a nivel de club (con tres entrenadores ocupando el banquillo de Carranza para conseguir una permanencia muy justita), el de Vigo se rebeló como un asesino de área, haciendo nada menos que 17 dianas. Todos los técnicos confiaron en él, y sus goles (especialmente en la promoción por evitar el descenso) fueron absolutamente decisivos para que el Cádiz no se hundiera en las profundidades de Tercera.

Si buena fue su primera temporada, la segunda fue simplemente espectacular. El “viejo” Domingo Balmanya aterrizó en Cádiz, siendo Machicha uno de los afortunados en ser dirigidos por el catalán. Con una media de ensueño, y formando una dupla letal con Paco Baena, el pontevedrés agujereó las redes rivales en 18 ocasiones (se quedó a un paso del máximo goleador de la categoría), un registro que muy pocos puede reclamar para sí en el Cádiz CF.

 

 

Recibiendo un trofeo (72-73) Marcando al Depor (73-74)

 

Las claves para su rendimiento más que sobresaliente fueron su velocidad punta y sobre todo, su certero disparo. Siendo diestro, casi le pegaba mejor con la izquierda que con la derecha. En cualquier caso, cuando Machicha armaba la pierna los porteros contrarios se preparaban para recibir un mísil tierra-tierra contra sus narices. Jamás rehuía la pelea, más bien, le atraía. Tiene sus piernas surcadas de cicatrices, de las cuales aún recuerda cómo se produjeron: “recuerdo algún partido en Pamplona en que recibí un corte tremendo, y pedí a Rovira que me vendara como pudiera en el descanso. Terminé el partido completo y al día siguiente tuvieron que cogerme diez puntos y tuve que quedarme una semana sin jugar”.

Por desgracia, asuntos extradeportivos emborronaron su espectacular trayectoria en el club. Un lío con un periodista local y unas declaraciones sacadas de contexto generaron un ruido excesivo, que cayeron como un mazazo sobre el jugador: “yo por aquel entonces era capitán del equipo, y como tal, defendí a todos mis compañeros siempre que pude, intervine cuando Rovira fue despedido para que se le readmitiera… sin embargo, en aquella ocasión, yo no sentí el mismo apoyo que yo presté en otras ocasiones”. Las comparaciones del entorno con un colosal Baena (que terminaría siendo pichichi de Segunda aquella temporada) no ayudaron, y pese a que el Cádiz jugó posiblemente el mejor fútbol de toda su historia (pese a no ascender), Machicha no brilló como en las dos campañas predecesoras (a pesar de lo cual hizo aquel año cinco goles).

De hecho, en el tramo final de la temporada (consciente de que su adiós estaba cerca), el futbolista solicitó a su entrenador que no lo alineara más. Sentía que no le estaban saliendo las cosas, y no quería empañar el recuerdo que quería dejar de su paso por Cádiz.

 

 

Burgos CF (74-75) Con el Burgos (74-75)

 

Concluido el ejercicio liguero 73-74, el contrato de Machicha venció y éste, tras el turbio asunto del verano anterior, decidió abandonar, como queda dicho anteriormente, muy a su pesar. Su destino fue el Burgos, donde lo esperaba Naya, que ya lo había tenido a sus órdenes en su primer año en Carranza.

En tierras castellanoleonesas Machicha volvió por sus fueros, y firmó una temporada excelente, en la que anotó 14 goles. Desafortunadamente, tampoco en Burgos encontró el trato deseado. Pese a su estupendo rendimiento, aquel verano la directiva del club quiso rebajar su contrato y no cumplir lo firmado, algo a lo que el jugador se negó por completo. El cambio de banquillo (pasando a manos de Lucien Müller) no ayudó, sino al contrario: siguió las directrices de la presidencia, y condenó a Machicha al más absoluto ostracismo.

El jugador decidió, con este episodio, poner punto y final a su carrera, y alejarse para siempre del fútbol, del que salió muy decepcionado. No por ello ha dejado de seguirlo, pero nunca más se vinculó a él. En cierta ocasión Lendoiro le pidió que colaborar en el Superdepor, pero él rehusó.

En cualquier caso, quedará para siempre el recuerdo de su paso en Cádiz. Tanto jugador como ciudad y equipo se echan de menos mutuamente: “mi segunda hija nació en Cádiz, conservo grandes amigos allí, siempre que voy me reciben de maravilla, la afición me quería mucho y eso siempre lo aprecié. Me dio mucha pena salir de allí y me habría encantado haberme quedado a vivir para siempre”.

La buena afición cadista tampoco olvida su paso por Carranza. Un delantero de fuerza y velocidad, que marcó goles como churros cuando el respetable gaditano era exigente como nadie. Si hubiera jugado en nuestros días seguramente la hinchada besaría por donde él pisase. En cualquier caso, muchos recuerdan aún sus obuses contra las redes contrarias, sus arrancadas, sus “sprints” explosivos. Y casi todos ellos las echan de menos en estos días oscuros y suspiran porque llegue alguien a las áreas de Carranza que recuerde a aquel gallego…

 

 

Las fotos de Machicha en el Marín han sido tomadas de esta página web: <br><a href=http://www.descubremarin.com/especiales/fcmarin/index.php target=_blank>http://www.descubremarin.com/especiales/fcmarin/index.php</a><br>
Queremos mostrar desde aquí nuestro apoyo y admiración al autor de dicho sitio web, con el que nos sentimos muy identificados, conscientes de las muchas horas de trabajo y dedicación que seguro le ha supuesto la realización de una web tan detallada de un club modesto como es el Marín, trabajo por el que sentimos una sana envidia<br><br>
Y un abrazo enorme a nuestros amigos del <a target=_blank href=http://www.burgoscf.es/foros>Foro Oficial Burgos CF</a>, que aportaron fotografías para esta biografía

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aficionado

20/07/2019
00:07
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CREACIÓN FICHA: 31/08/2008

ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN: 31/08/2008

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