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015. El Español de Cádiz, campeón de Andalucía

El que sería club más importante de nuestra ciudad en los albores de este deporte, consiguió contra todo pronóstico el campeonato de Andalucía arrebatándoselo al Sevilla en la capital hispalense

Partido contra el Sevilla en 1924

Estamos en el año 1916, y el fútbol está aún en sus primeros pasos, es un niño que a duras penas aprende sus primeros gateos. Sin embargo, empieza ya a vislumbrarse los atractivos del nuevo “sport”, que cada vez gusta a más y más aficionados, y algunos visionarios comienzan a sentir lo que este deporte iba a dar de sí. 

En este contexto, podemos decir que en España no había aún ningún campeonato a nivel nacional, aunque sí existían tres federaciones regionales: Norte, Centro y Sur (esta última incluye a Extremadura, Andalucía y Canarias). Desde noviembre, cada una preparaba y planteaba su competición por separado. En lo que respecta a la federación sur, esta decide que todos los partidos se jueguen en la capital andaluza, en el campo del Sevilla. Esto refrena a muchos equipos (desplazarse entonces era mucho más caro y complicado que ahora, no digamos ya si hablamos de al menos once personas), siendo al final cuatro los inscritos: el propio Sevilla FC, el Recreativo de Huelva, el Málaga y el Español de Cádiz. Cada uno deberá pagar cinco pesetas para inscribirse.

El Español de Cádiz envía las fichas de sus jugadores el día 20 de noviembre, confirmando así su participación. El premio consistía en una copa de plata y medallas para cada uno de los integrantes del equipo. Esta copa permanecía en usufructo por un año al equipo campeón, que debía pasarla al siguiente campeón si no revalidaba el título. Por el contrario, si un equipo era campeón tres veces seguidas, se quedaría con la copa en propiedad (como vemos, la antesala al formato que hoy utiliza la Champions League). 

Partido contra el Sevilla en 1917 (presentación del sevillista Kinké)

Para el primer encuentro, los españolistas quedan emparejados contra el Málaga. Los gaditanos consiguen doblegar por 2-0 a los malacitanos, ambos goles conseguidos en la segunda parte por Santander (de penalti) y Arrabal. Forman el cuadro españolista los jugadores Spencer, Barzanallana, Macías, Cosi, Ruiz, Lobato, Hemson, Pasquín, Cañadas, Santander y Arrabal.

Así pues, el cuadro gaditano consigue su pase a la final, que juega en Sevilla contra el equipo local, el 23 de enero de 1916. En esta ocasión, viajan a Sevilla los jugadores Spencer, Macías, Barzanallana, R. Cañadas, Palacios, Ruiz, Hemson, A. Cañadas, Pasquín, Arrabal y Tejero, además de algunos directivos del club, como su presidente, Miguel de Aramburu. 

 

La final, que es arbitrada por el señor Alexander Miller, es nuevamente ganada por los gaditanos (2-1), a pesar de que el Sevilla era ya entonces un equipo mucho más fuerte. En aquella ocasión se reforzó con el portero madrileño Paco Díaz, que entonces se encontraba en Sevilla “por asuntos de su particular interés y se ha prestado desinteresadamente para jugar con su antigua sociedad”.  Esto fue así porque el guardameta habitual (que lo anunció en la prensa) “no tomará parte en este encuentro debido a que habiendo pertenecido por mucho tiempo al equipo gaditano, le sería muy violento jugar en contra de su antigua sociedad”. Fue el gesto de todo un caballero como era el inolvidable Juan Luqué, una de las figuras más relevantes de los primeros años de fútbol en nuestra ciudad.

Partido contra el Sevilla en 1918

En la primera parte no hubo goles, aunque le fue anulado uno a Diego Otero, del cuadro sevillano. Se adelantaron éstos en el marcador por medio de Spencer (había un jugador llamado así en cada equipo), ya en la segunda parte. El Español sin embargo no se rinde, y empata gracias al tanto de Arrabal. Se llega así al final del tiempo reglamentario, con empate en el marcador. Tal y como estaba acordado por la Federación previamente, los equipos cambian de campo, para disputar diez minutos extra. Cuando ya sólo faltaban dos para el final del duelo, Pasquín, ante la sorpresa de los presentes, hace el 1-2 para los gaditanos, que terminaría siendo definitivo.

El Español se proclama así campeón de Andalucía, recibiendo la copa que los acreditaba como tales con todos los honores. Un cronista de la época (que no firmó su crónica), destacó en Diario de Cádiz especialmente a los autores de los goles, Arrabal y Pasquín, así como al guardameta Tejero. Además, este cronista aprovecha el triunfo para alentar la práctica y seguimiento del fútbol: “…dentro de esta afición y en el contentamiento público tenga resonancia el suceso, y que con repetición, podamos consignar en otros deportes gratos y honrosos para la juventud, éxitos que la distingan y que siembren esos gérmenes de prestigio y de fuerza, para bien actual y escuela y ejemplo de las nuevas generaciones”. 

Nada que ver con lo que publicaban los diarios sevillanos, que están indignados porque el Español haya ganado con mal juego, y por la actuación del árbitro.

En un artículo publicado en El Correo de Andalucía, un conocido cronista deportivo sevillano, que firmaba con el pseudónimo de Botepronto, deja algunas frases como estas:

“…la decisión tan parcial y descarada del árbitro (aunque no ha estudiado en ninguna escuela de árbitros)…” (en referencia a un gol anulado al Sevilla)

“Rafa carga a Spencer por la espalda y el árbitro…estaba mirando al celeste”

“Me gusta sobre todo del árbitro su parcialidad (ni que fuera un inglés de Cádiz)”

“El resultado del partido de ayer nadie siquiera lo llegó a pensar. El juego que desarrolló el Cádiz fue como se esperaba y tienen ellos acreditado en todas partes: duro, sucio y conocido muy poco el juego, pero con mucha malicia”

“El Sevilla FC llevaba tres victorias inmensas sobre dos equipos sevillanos y el de Huelva, y con el más endeble de todos se ha dejado vencer”

Partido contra el Sevilla en 1918

En el diario El Liberal, tampoco quedaron a gusto con el Español: “El equipo del Español juega mucho menos que el Sevilla FC, es decir, combinan poco y se colocan mal, sin embargo, han ganado este partido debido a la desgracia que durante todo él acompañó al Sevilla, pues no se comprende que como un equipo que toda la tarde está dominado, de siete “shots” que lanzan dos entren en la red…”. Y encuentra una explicación más determinante a la derrota: “…porque lo mejor del equipo de Cádiz son sus “backs” y tercero, por el “referee”, Mr. Miller, del Real Betis Balompié” 

El recibimiento de los campeones en Cádiz fue espectacular. La estación de tren estaba abarrotada para recibir a los vencedores, mientras la noticia corría como la pólvora por la ciudad.

Los grandes admiradores de este deporte recibieron la copa como una bendición, esperando que sirviera de impulso para que más gente se implicara en el desarrollo del nuevo “sport”. El 25 de enero, aprovechando que, con motivo del triunfo, el fútbol es la “comidilla” de la ciudad esos días, alguien que firma con el pseudónimo de M.G.L., publica una carta en Diario de Cádiz en la que lamenta que de los fundadores del club allá por 1910, ya sólo quede Barzanallana. No obstante, agradece a los actuales y antiguos rectores (como Emilio Léon) y lamenta que por distintas obligaciones, unos y otros tuvieran que salir de la sociedad, a la que no obstante seguían ligados.

El escritor proponía además, un homenaje a los campeones, con un festival deportivo en el que se implicara a toda la capital gaditana. Continúa recordando los grandes partidos jugados por el Español en el pasado con grandes equipos ingleses, como se ganó una copa cedida por el Príncipe de Gales, …

Y finaliza con un deseo y un desafío a las fuerzas deportivas gaditanas: “Ya sólo falta que al Español doctorarse en Madrid ¿Quién dijo miedo? ¿No han ido otros? Pues, ¿porqué no nosotros? Seguro estoy de que aunque nos vencieran, dejaríamos bien puesto el pabellón andaluz. Los del Español se crecen en las dificultades”. 

Dos días más tarde, el 27 de enero, se anuncia nuevamente en el Diario de Cádiz, que la copa recién ganada se encontraba expuesta para todos aquellos que quisieran verla en el establecimiento de Don Manuel Márquez Blandino, en la calle Duque Tetuán. Así mismo, se anunciaba un fiesta conmemorativa, para el domingo siguiente a las doce en El Chato.

Fue así como Cádiz obtuvo su primer éxito relevante en el nuevo deporte, y uno de los pocos títulos oficiales de que podemos presumir, todavía hoy, cuando van a cumplirse cien años de historia balompédica en nuestra capital. Lástima que el Español, tras varios años de hegemonía en Cádiz, no pudiera mantener su hegemonía y terminara por morir, retrasando la adhesión de Cádiz al fútbol profesional a nivel nacional. Pero eso, es ya otra historia

Fotos: Hemeroteca Diario de Cádiz

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CREACIÓN FICHA: 29/08/2007

ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN: 29/08/2007

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